esta sesión tuvo lugar el 23 de diciembre de 2009 pero aprovecho ahora para publicarla.
habíamos quedado en una gasolinera a las cinco de la tarde. llegué pronto para evitar imprevistos. estuve esperando fuera del coche para que pudiera localizarme rápidamente. cuando apareció llevaba unas botas de cordones, un pantalón vaquero y una chupa de cuero sobre una camiseta negras. además llevaba una bolsa, donde supuse tenía su ropa de cuero. en la conversación que mantuvimos por internet me había dicho que se le habían estropeado algunas prendas por la humedad y yo le dije que tenía unas toallitas especiales para limpiar el cuero. y eso fue suficiente para quedar.
nos subimos en el coche y fuimos hacia el campus de la universidad, en tafira, porque no podíamos ir a mi casa hasta más tarde y El no tenía sitio.nos paramos en un aparcamiento y hablamos. la chupa, aunque muy de vestir, olía muchísimo a cuero y estaba llenando poco a poco el coche de ese olor tan característico y que me pone tanto. en un momento dado levantó el pie y me puso la bota delante. me agaché y comencé a lamérsela.
-con la lengua bien afuera. quiero ver cómo lo haces-me dijo. y obedecí.
así estuvimos un rato, parando dos o tres veces cuando alguien aparecía por el camino y corríamos peligro de que nos veían. cuando tuvo las dos botas limpias le propuse ver su ropa y comenzar a limpiarla. cogí la mochila y saqué lo que tenía dentro: un pantalón, unos chaps, y dos chalecos, uno clásico y otro que se cierra por delante con una cremallera. la verdad es que me sorprendió el estado en el que estaban. olían a humedad y estaban manchados. me dijo que hacía mucho tiempo que no los usaba porque cuando ha tenido una sesión no los llevaba debido a que hay poca cultura de cuero por aquí. "la mayoría de la gente" -dijo- "sólo quiere que lo follen fuerte y le den caña, no son fetichistas del cuero ni de las botas". no pude por menos que darle razón y estar de acuerdo con Él. es cierto que en el yumbo se pueden encontrar tíos vestidos de cuero, pero entre los autóctonos hay muchos con ganas, pero muy pocos dan el salto al material. con mucho cuidado y devoción cogí el pantalón y uno de las toallitas y comencé a limpiarlo. fue muy efectivo y le quitó la mancha dejándolo reluciente. seguí trabajando allí en el coche hasta que terminé mientras Él miraba, aparentemente complacido. en esto se hizo la hora y fuimos a mi casa. allí seguí limpiando el resto de las cosas.disfruté especialmente con el chaleco de cremallera. lo había visto antes y siempre me han gustado. los chaps tampoco estaban mal. todo quedó limpio y reluciente. cuando terminé me ordenó que me desnudara y así lo hice. hacía tiempo que estaba metido en una dinámica de sumisión. mi mente ya estaba en "modo sumiso" desde que le limpié las botas en el coche, así que obedecí sin rechistar.
-vete a buscar un collar- me ordenó.
y fui a buscarlo, uno ancho, de cuero, que había comprando en barcelona y que se ajustaba perfectamente. tiene tres anillas a cada lado y eso hace posible que se utilice para inmovilizar. además de eso llevé unas botas que me quedaban grandes pero que a El le quedaban bien y las puse delante suya para que se las probara.
primero me puso el collar y luego me ordenó que le cambiara las botas que tenía puestas por las que había traído. le quité con cuidado las bota, desabrochando con calma los cordones y sacando los calcetines. cuando tuve el pie desnudo en mis manos, yo estaba de rodillas, comencé a besarlo y lamerlo en señal de sumisión. siguiendo sus órdenes lamí los dedos, el empeine, la planta, y me lo metí en la boca, todo, hasta donde pude. luego volví a ponerle el calcetín y le puse la bota que había traído. repetí lo mismo con el otro pie. yo ya sudaba a mares, en parte por la emoción y en parte porque hacía calor.
entonces, cuando tuvo las botas puestas y atadas, se acercó a mi, me agarró por el cuello y me obligó a lamérselo. volvió a decirme que quería ver la lengua recorriendo toda la bota, y que tenía que quedarse brillante. obedecí. lo más curioso es que en aquel momento no sentí nada. no decidí nada, no tenía nada en mente. estaba completamente concentrado y sólo existían sus órdenes. ni siquiera tenía un juicio moral; si estaba bien o no; o si quería hacerlo o no, sencillamente obedecía y punto. se puede decir que no tenía voluntad.
entonces vino lo más sorprendente de la sesión. yo estaba de rodillas lamiendo sus botas y El comenzó a moverse haciendo que yo tuviera que ir a cuatro patas tras la bota para seguir lamiéndola. cuando llegamos al centro de la habitación me levantó hasta quedar a la altura de su polla. primero lo lamí a través del pantalón y luego la sacó para metérmelo en la boca. se la comí con la misma fruición con que lamí sus botas. dos o tres veces me atraganté y dos o tres veces volví a metérmela en la boca, guiado por sus gemidos. yo ya estaba completamente entregado. cuando volvió a tirar del collar hasta levantarme del suelo y ponerme a su altura. entonces levantó el brazo y me mostró su axila, me agarró la cabeza y la metió dentro.
-¡lame!- y comencé a lamer.
no tenía desodorante y parecía como si no lo usara regularmente. olía a macho, a tío, a masculinidad. entonces comencé a lamérselo.
-¡lento -dijo El- quiero que los disfrutes!.
y lentamente recorría cada uno de los centímetros de su sobaco. sabía igual que olía a macho, y aquello me estaba poniendo a cien. después de un rato me llevó al otro sobaco y repitió el proceso.
-quiero que te impregnes de ese olor, que lo identifiques donde estés, que lo hagas tuyo- me dijo.
mientras, yo iba como extasiado lamiendo y oliendo ese cuero vivo. los animales marcan un territorio por el olor y tuve la sensación y la vivencia de que estaba haciendo eso conmigo. seguí lamiendo un muy buen rato. tenía la lengua reseca pero volvió a agacharme para meter su polla en mi boca. pareció leerme el pensamiento porque escupió en su mano y la puso delante de mi boca. lamí su saliva y volví a comerme su polla. por sus gemidos sabía que le estaba gustando.
entonces dio un paso atrás y me quedé parado. instintivamente me puse a cuatro patas, en actitud de espera y estuve así unos segundos. El se acercó y comenzó a tocarme el culo. resistí el impulso inicial y lo abrí, disponible para El. me dio dos nalgadas. sé que le a va el spank, algo que todavía no tengo muy asumido, pero aguanté las palmadas que me dio, que no fueron muchos. luego introdujo un dedo en mi culo sin consideraciones de ningún tipo y lo movió como si fuera un gancho. seguí en la misma postura impertérrito. entonces me acarició y metió varios dedos en su boca, hasta tener casi la mano dentro.
yo tenía como límite las ocho y estábamos en eso cuando dieron las ocho y cuarto y dio por finalizada la sesión. me costó volver a una actitud mental normal y casi lo estropeo cuando eché mano al collar. gracias a que El me miró e hizo un gesto.
-sólo yo puedo quitártelo- dijo.
-si Señor, gracias Señor- contesté yo.
nos vestimos, tras ducharse Él. recogimos todo y lo llevé a donde habíamos quedado. fue una buena sesión, aunque tal vez faltase un poco de bondage y algo más de cuero, pero sin duda El sabe lo que quiere, y quiere un esclavo, no sólo un pasivo o un sumiso. quiere alguien que le obedezca y que se le someta. creo que quedó satisfecho con la sesión y para mi fue un primer paso ¿para qué? aún no lo sé. no quiero correr, mis dos experiencias anteriores me han enseñado que esto no es algo que se haga rápidamente, ni que deba acelerar los acontecimientos. incluso mi última relación me ha enseñado que puedo poner de mi parte, pero no debo llevar el control, algo muy complicado por otra parte. de eso se trata todo esto, de aprender y de ir cada vez más lejos. gracias Señor.