lunes, 9 de junio de 2008

cartas a mi AMO IX

para el resto de la sociedad soy un enfermo, un pecador, un degenerado, un proscrito, un delincuente, alguien irracional. el motivo no es que me atraigan sexualmente los hombres o que me guste vestir de cuero, o siquiera que me produzca placer lamer botas. soy un enfermo por someterme a otro hombre, por querer renunciar a la libertad, por aspirar a ser un perro. en cuestiones sexuales pues vale, pero renunciar a la libertad, "ese bien tan preciado"... incluso a mi me ha costado aceptar esa realidad, que eso es así y que eso es lo que quiero. ya incluso la frase me resulta chocante: eso es lo que quiero. ser esclavo significa dirigir hacia tu amo las tres funciones del alma: el entendimiento, la voluntad y la libertad. de las tres la más fácil de dirigir es el entendimiento, aunque cuesta lo suyo. comprender, entender el proceso interno por el que uno acepta su condición de esclavo no es fácil, sobre todo como le he comentado en otras ocasiones, después de una educación como la que recibimos. la voluntad cuesta más amoldarla y dirigirla hacia la sumisión, no siempre es fácil obedecer. obedecer algo que se quiere o desea no entraña problemas, pero ¿qué pasa cuando el amo ordena algo que no te agrada interiormente? ahí se produce la auténtica prueba. si la supera el esclavo renuncia a parte de su voluntad, va cediendo su poder y va quedando indefenso ante el amo que ve acrecentado el suyo. es un proceso largo que tal vez nunca tenga fin, aunque si tiene una barrera importante: cuando el esclavo ha cedido tanto que no puede dejarlo aunque intelectualmente quisiera. se puede decir entonces que ha perdido su voluntad. puede, por supuesto, seguir tomando decisiones, pero siempre tendrá como referencia a su amo y cualquier decisión que tome podrá ser revocada por EL. llegar a este punto de voluntad: no poder dejar de obedecer aunque se desee, es el objetivo a alcanzar.
y este objetivo me lleva a la siguiente facultad del alma:la libertad. voluntad y libertad van íntimamente unidas. querer, desear al mayor bien es el fin de la libertad. en el mundo contemporáneo ningún valor ha sido tan exaltado como este y en ningún lugar y momento se ha manipulado tanto. si algo ha caracterizado al estado moderno es el férreo control sobre sus ciudadanos. todos nuestros datos y elementos están controlados por instancias superiores. entonces ¿qué nos queda? ¿elegir lo que comes? ¿la ropa que te pones? ni siquiera eso, porque hay alimentos "dañinos" y alimentos "saludables" y la ropa está sujeta a los designios de la moda.
es en este contexto en el que la sumisión, la renuncia de la voluntad en beneficio de otro, es considerada una aberración. defiendo justamente lo contrario: este sumisión es un auténtico y extremo acto de libertad, porque nace del interior del ser humano, no de un principio impuesto desde fuera. es autonomía en estado puro, libertad absoluta. un principio universal que cada vez veo más confirmado es que los extremos se tocan y por eso la dualidad libertad absoluta / esclavitud absoluta se convierten, en cierta medida, en elementos intercambiables. mi experiencia me ha dicho una gran verdad que se ha asentado firmemente en mi vida: solo cuando sirvo a mi AMO me siento profundamente libre; sólo cuando estoy bajo sus botas, vuelo como un pájaro, sólo constreñido en las ataduras, me siento capaz de cualquier cosa. si la voluntad, el entendimiento y la libertad están orientados al Amo se produce la ruptura de la barrera del sonido interior, se salta un muro que tiene unos efectos brutales de transformación: los símbolos externos, aunque útiles, se vuelven innecesarios, las elecciones están todas mediatizadas, la vista y la mente están focalizadas en la sumisión. en estos momentos se pierde el alma porque ya le pertenece al AMO. eso es ser un esclavo, eso es someterse. para algunos, eso es ser feliz.