la moto se para, no sé donde estamos o si es de noche o de día. esta vez no hizo falta venda alguna. bastó una orden.
-¡cierra los ojos y no los abras hasta que te diga!- dijo mi AMO cuando estuve esposado a la moto. y no pude abrirlos. tenía curiosidad pero fui incapaz de mirar. no sólo no quería, es que no podía hacerlo. durante todo el trayecto no pensé en nada, me dediqué a sentir el cuero que me cubría, el butt-plug que tenía inserto en el culo, las esposas que me unían a la moto y presionaban mis muñecas. me había enseñado a no pensar, a no esperar, a no fantasear, solo obedecer. no había que preguntar por qué. un AMO lo deseaba y eso era suficiente. mi AMO sabe por qué me ordena algo y eso es más de lo que necesito saber porque sé que todo lo hace por mi bien...
-¡Abre los ojo y baja!
oigo la voz de mi AMO y casi no me he dado cuenta que de ha desenganchado las esposas de la moto aunque sigo teníéndolas puestas. cuando me bajo de la moto el plug se hace presente y no puedo evitar una ligera mueca de dolor, pero no emito ningún sonido. me coloco como me han enseñado: recto, hombros atrás, cabeza alta, mirada baja. un esclavo está orgulloso de serlo y mira de frente la vida. sólo mira hacia abajo delante de su AMO. EL me vuelve a colocar la correa y empieza a andar. yo le sigo antes de que la cena se tense. entonces me doy cuenta que estamos en un callejón. rápidamente me sitúo. creo que el prison está cerca, es uno de los bares leather más populares de la ciudad. efectivamente en unos minutos llegamos y el portero nos abre. en cuanto entramos me doy cuenta que todo el bar se vuelve a mirarnos. mi AMO los ignora a todos y con paso decidido va hacia una mesa ocupada. yo reacciono rápidamente y miro hacia un lugar indeterminado. debería sentirme humillado así, en un lugar público, esposado y con collar y correa, pero no es así. tampoco siento orgullo, sencillamente sigo a mi AMO, nada más es importante.
cuando llegamos a la mesa mi AMO saluda a las personas que están allí sentadas y ocupa una silla que queda libre. en un rápido movimiento me pongo a su lado y me arrodillo, apoyado en los tobillos, mirando al suelo. durante un rato solo veo pasar botas delante mía.
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