lunes, 24 de noviembre de 2008
En la moto de mi Amo XXXI
martes, 18 de noviembre de 2008
vocabulario V
(De ama).
1. m. Cabeza o señor de la casa o familia.
2. m. Dueño o poseedor de algo.
3. m. Hombre que tiene uno o más criados, respecto de ellos.
4. m. Persona que tiene predominio o ascendiente decisivo sobre otra u otras.
5. m. U. a veces como tratamiento dirigido al señor o a alguien a
quien se desea manifestar respeto o sumisión.
6. m. p. us. Mayoral o capataz.
7. m. ant. ayo.
Nuestro Amo.
1. m. Col. y Guat. sacramento (‖ Cristo sacramentado).
asentar con ~.
1. loc. verb. Obligarse por asiento a servirle.
ser el ~ de la baila.
1. loc. verb. Ar. ser el dueño de la baila.
ser el ~ del cotarro.
1. loc. verb. coloq. ser el dueño de la baila
lunes, 17 de noviembre de 2008
En la moto de mi AMO XXX
-¿Te duele?- preguntó El. de pronto volví a la realidad, como despertando de un sueño. el camarero se había ido y me estaba hablando.
-no demasiado, Amo, lo puedo soportar-dije, con gran esfuerzo para no parecer desesperado.
-eso es cierto, pero ya tienes tu castigo. lo llevarás puesto un cuarto de hora más de lo previsto por mentirme.
-si, Amo- contesté mientras agachaba la cabeza y mi cara ardía de vergüenza.
-Estamos aquí como parte de tu entrenamiento. mira a tu alrededor- así lo hice- esta gente cree que es feliz, pero no lo es porque no han llegado a lo profundo de sí mismos. no han llegado a vislumbrar lo que realmente son, lo que quieren, lo que desean. viven engañados con sus cosas, sus relaciones, sin capacidad para enfrentarse con ellos mismos. yo evitaré que eso te pase a ti.
estaba completamente absorto en sus palabras. no podía quitarle l avista de encima. el olor a cuero impregnaba todo a mi alrededor. el dildo había desaparecido. cualquiera hubiera dicho que estaba hipnotizado.
-has decidido comenzar un camino- continuó- que no abandonarás. yo no te dejaré. lo perderás todo, para ser mio. y siendo mio te encontrarás a ti y a la verdadera felicidad.
sus ojos me taladraban y a medida que hablaba notaba como iba entrando en estado de sumisión profunda. aquellas palabras me estaban tocando y mucho. era como si me estuviera encogiendo, concentrado en mi interior. todo pareció desaparecer a mi alrededor. solo existía El.
-....te has entregado y he tomado posesión de ti. ahora tengo que enseñarte a ser un auténtico esclavo y a comportarte como quiero que te comportes.
su voz me envolvía y yo me iba relajando. era una sensación extraña, como verme y ser consciente de mi, pero desde fuera. de pronto me sentí en paz, no me importaba nada, vivía el momento.
-....quiero que estés siempre donde y como estás ahora ¿entiendes?
-si, Amo-contesté yo, pero no era yo. no había decidido decir esas palabras, ni pronunciarlas. habían salido a pesar mio. miraba fijamente sus ojos, profundos, eternos, no había otra cosa. ¡Dios mío! ¿qué me pasaba? no podía moverme, quería mover el brazo y le ordené que lo hiciera pero no respondió, no hizo nada. lo mismo con las piernas, la cabeza.....¡Dios! no podía apartar la mirada.
-no te resistas, perro, es inútil. acepta su destino.
"¿Qué destino?" quise decir yo, pero nada salió de mi boca. mis labios ni se movieron. estaba allí rígido, inmóvil. de pronto El estiró su pierna izquierda, dejando ver su brillante bota negra.
-está sucia ¡limpia!
"¿que limpie?", pensé. "¿allí? ¿quiere que le lama la bota aquí?. no podré". mi mente estaba en estos pensamientos cuando mi cuerpo comenzó a moverse. me levanté con lo que el dildo volvió a hacerse presente. estaba asustado. no era yo el que hacía aquello, me movía por impulso que yo no controlaba. cuando me arrodillé percibí las miradas de la gente y sentí mi propia vergüenza. el corazón me latía rápidamente, y cada vez más. y entonces allí mismo, le lamí las botas. las recorrí de la punta al tacón, por todas partes, con toda la lengua fuera de la boca, lentamente. no podía creer que estuviera haciendo eso allí, delante de toda aquella gente. aquel no era yo, o al menos no era la persona que yo había creído siempre que era.
cuando retiró la bota me quedé a cuatro patas sobre la moqueta.
-sube y siéntate-dijo. su voz era suave, con autoridad pero en un tono bajo. no necesitaba más, mi cuerpo no me obedecía. aunque hubiese querido hacer lo contrario de lo que decía no lo hubiese podido hacer.
al sentarme el dildo volvió a hacerse presente. en ese instante el camarero trajo la comida. yo seguí con los ojos puestos en mi Amo.
-vamos, perro, come- dijo y chasqueó los dedos.
en ese instante volvía controlar mi cuerpo, pude, al fin, bajar la cabeza, levantar el brazo y la pierna. entonces lo miré, con una cara que era mezcla de miedo, admiración, sorpresa, veneración, desconcierto, duda y sumisión. ¿qué había sido aquello? ¿qué habría hecho conmigo? por supuesto no me atreví a preguntar y comencé a comer.
(continuará)
jueves, 13 de noviembre de 2008
cartas a mi AMO XII
martes, 11 de noviembre de 2008
vocabulario IV
(Del lat. veneratĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de venerar.
venerar.
(Del lat. venerāri).
1. tr. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o
grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.
2. tr. Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas.
lunes, 10 de noviembre de 2008
En la moto de mi AMO XXIX
-¡Baja!-dijo mi Amo y yo obedecía inmediatamente levantando la pierna derecha y pasándola por encima de la moto. aquello produjo una nueva oleada de sensaciones que se tradujeron en nuevos gemidos.
cuando estuve de pie me dio la vuelta y me quitó las esposas. acto seguido desabrochó la mordaza que sacó de mi boca mientras yo hacía movimientos para devolverle su movilidad. pude ver el brillo del candado metálico que cerraba la cadena que llevaba al cuello y recordó de quien era. instintivamente agaché la cabeza. pero El se colocó
delante y me la levantó.
-Te he traído aquí para cenar-dijo- y quiero que todos sepan que eres mi esclavo así que pórtate como tal ¿entendido?
-si, AMO-contesté yo
-Debes estar orgulloso y agradecido de serlo, así que quiero que todos
se den cuenta de lo que sientes.
-así será, Amo-dije mientras me hacía la idea de dónde estábamos. era un callejón oscuro, con montones de basura alrededor de contenedores que rebosaban más desperdicios.
-Eso espero-sentenció mi Amo.-Ahora sígueme.
y comenzó a andar hacia la salida del callejón dejando allí la moto. al primer paso el butt plug se volvió a hacer presente. "no puedo andar", pensé, "pareceré un pato". aún así hice un esfuerzo y comencé a andar con pasos cortos. se movía en el interior de mi culo y daba la sensación que me estaba cagando encima. a los dos pasos estaba sudando. me concentré en mi Amo para intentar olvidarme de aquella sensación. realmente estaba increíble. todo él estaba cubierto de cuero brillante, radiante. sin duda íbamos a ser a ser la atracción del antro al que nos dirigíamos. me situé a su derecha, un paso por detrás y avcancé como pude.
cuando llegamos al extremo del callejón no me lo podía creer, estábamos en la Avenida Principal.: las tiendas más caras, los pisos más modernos y los restaurantes más elegantes. todos los viandantes iban impecables: abrigos largos, chaquetas y corbatas. todos parecían recién salidos de sus oficinas, salvo nosotros que íbamos de cuero.
El se volvió pero tuvo que intuir mi cara de asombro porque dijo:
-Recuerda lo que te acabo de decir. su tono no dejaba lugar a nignuna duda, ni admitía excusas. así que me repetí sus palabras de nuevo. mi cuerpo se enderezó, levanté la barbilla y me dispuse a obedecer. comenzó a andar hacia la izquierda y yo le seguí a un paso de distancia. la gente volvía para mirarnos pero yo tenía fija mi vista en las botas de mi AMO que iba delante mio. para mi no existía otra cosa.
"dios mio,", pensé, "no creo que vayamos al max". el max era el restaurante más lujoso, caro y exclusivo de la ciudad. era el lugar de reunión del alcalde, los empresarios, algún famosillo, etc. todo el que quería ser alguien iba al max y por supuesto se exigía la más absoluta etiqueta. de pronto vi el letrero. "pasaremos de largo"; pensé, "no podemos venir aquí". el corazón ya me latía con fuerza pero a medida que nos acercábamos a la puerta, se iba disparando. faltaban un par de metros y yo sentía que se me iba a salir por la boca, cuando el portero nos vio y sin alterar su expresión, abrió la puerta, se quitó el sombrero en señal de respeto y dijo.
-buenas noches, Señor.
-Buenas noches, contestó mi AMO.
tuve que hacer un enorme esfuerzo para que no me fallaran las piernas. mi AMO entró con toda tranquilidad. yo esperaba la escena del maitre en cualquier momento. cuando estuve en el interior noté la diferencia de temperatura inmediatamente. aquel era un lugar cálido, acogedor, preparado para sentirse a gusto. parecía que nada malo podía pasar allí. nos acercamos al maitre que estaba a pocos metros de la entrada. al levantar la vista y vernos no cambió ni un solo músculo de la cara. salió de su atril y, con una reverencia, dijo:
-su mesa está preparada, Señor- y acto seguido comenzó a andar hacia el comedor. me di cuenta enseguida de la deferencia, el maitre iba sumiso, encogido, casi jorobado y con pasos cortos y rápidos. mi AMO iba completamente erguido dando pocos pasos pero justos, poniendo todo el pie en el suelo, parecía como si desfilara más que andar aunque lo hacía con una mezcla de gracia y autoridad que me maravilló.
(continuará)