la humillación es el alimento de los esclavos, de los inferiores. sin humillación el ego va adquiriendo fuera, consistencia y una presencia cada vez más intensa. por eso un Dominante nunca debe dejar de humillar a su sumiso. puede hacerlo verbalmente, con algún ritual o alguna acción que mantenga al esclavo controlado en ese sentido. la castidad, por ejemplo, es un buen método. obliga al inferior a tener siempre presente que no es dueño de su placer. el modo más radical de humillación es sin duda la humillación pública. hacer que el inferior muestre su naturaleza ante otros humanos, entre los que puede haber compañeros de trabajo, amigos o familiares, hace que la adrenalina suba, que la vergüenza se dispare y que la humillación se multplique. no hace falta grandes cueros, ni fetichismos extremos, ni nada por el estilo. de hecho si nos fijamos en la escena podría ser un encuentro de lo más "normal" o habitual, salvo que el Amo ha ordenado al inferior que muestre su sumisión besando sus zapas. no hay más que decir, no hay más que hacer, salvo tal vez sentir un profundo respeto por el esclavo que está obedeciendo independientemente de donde está o de quien está presente. no hay ni rastro de latex, ni de cuero, ni siquiera de botas pero no hay duda de que estamos ante una escena completamente bdsm.
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