era una mañana normal, igual que cualquier otra, sin nada de particular. entró en el garaje e inmediatamente empezó a oír sus pasos, el ruido que hacían las botas sobre el cemento. en ese mismo instante notó como la jaula que llevaba se hacía presente, y adquiría existencia. hubo un pequeño momento de dolor por un pinchazo del pene que crecía sin espacio para hacerlo. iba a ser un buen día
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