la última visita
para servir al Dueño ha dejado una profunda marca en el objeto, sobre
todo en lo referente al silencio. estar tres días obedeciendo sin
pronunciar palabra puede cambiar muchas cosas. una de ellas es saber que
no necesitas decir nada, que es suficiente con obedecer. hace algún
tiempo esto sería imposible, inconcebible para el objeto. pero ahora ya
no espera otra cosa, no puede ser de otra manera. hoy el objeto estuvo
prácticamente todo el día en silencio, lo que le evocó ese último viaje.
hay ocasiones en las que uno cruza una línea de la que no hay marcha
atrás, y el objeto siente que ha pasado esa línea. ya no hay marcha
atrás.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
domingo, 30 de octubre de 2022
día 4671 de esclavitud, castrado permanentemente
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