hay cosas ante las que el objeto tiene que rendirse, ideas y pensamientos que deben ponerse en cuarentena, prejuicios que abandonar, precomprensiones que poner en duda. porque la realidad se impone, y puede ser muy duro ir en contra de ella, de hecho resulta en la mayoría de los casos muy contraproducente. esta reflexión viene porque la imagen de hoy cuestiona muchas de las cosas que el objeto ha dicho anteriormente en este blog, como que la deshumanización es de inferiores, o de que el latex es de sumisos. las entrañas del objeto le dicen que está en presencia de un Dominante, a pesar de que está de latex y que lleva una máscara que oculta su identidad. los prejuicios y los estereotipos saltan por los aires. la potencia de su físico es multiplicada por su actitud, y aunque no vemos su cara, seguro que el efecto de encontrarnos con él en persona, sería el de arrodillarnos y someternos. es en situaciones como esta cuando se hace evidente que lo principal no es tanto la apariencia, el material que compremos, sino algo más profundo. los puristas del bdsm, entre los que a veces se incluye el objeto, no consiguen explicar por qué esté Superior, vestido de latex y enmascarado, es más potente que muchos lederones que se gastan miles de euros en tener un armario lleno de chaquetas, chaps y chalecos del mejor cuero. la respuesta es sencilla: porque algunos han nacido para dominar y mandar, y otros para someterse y obedecer; se pongan lo que se pongan. es así de sencillo.
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