decidir qué tipo de sumiso debes ser no te corresponde a ti, sino a tu Amo. es cierto que hay un sustrato, una base, a partir de la cual posiblemente se haya establecido la relación, pero una vez negociado los términos de la misma y comprobado que esa base común es satisfactoria para los dos, entonces empieza en entrenamiento y es el Amo quien decide por donde debe ir. puede que sea un Dominante al que le guste que seas proactivo, que te adelantes a sus deseos. pero puede ser también que te esté entrenando un Amo que no desea que tomes ninguna decisión, que seas completamente pasivo hasta que Él te de una orden. las posibilidades son tantas como Amos hay en este mundo. la cuestión es que, normalmente, la actividad incide en una mayor actividad. cuanto más decidas, cuanto más cosas dependan de ti, más tendencia tendrás a tomar la iniciativa. y si eso es lo que tu Amo quiere, perfecto. pero eso no es común. lo más cotidiano es enseñarte a esperar órdenes, a que Él decida por ti, que Él establezca las normas y los límites. la inactividad física es una forma estupenda de producir este efecto psicológico. por experiencia puede llegar a ser una de las prácticas más difíciles de conseguir. el cuerpo no está acostumbrado y necesita un tiempo de entrenamiento. estar quieto, sin pensar, sencillamente existiendo y esperando la próxima orden del Amo es una de la experiencias más gratificantes con las que se puede encontrar un esclavo, pero también es una de las más complicadas.
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