sábado, 13 de agosto de 2022

día 4593 de esclavitud, castrado permanentemente

hay muchas formas de romper a un esclavo, y todas necesarias. en el bdsm el término "romper" no se utiliza en el mismo sentido de romper una pierna o romper un objeto para hacerlo inservible. justamente es todo lo contrario. consiste más en vencer las resistencias que existen para que el entrenamiento a que el Dominante somete al inferior sea más efectivo. en el fondo todo entrenamiento en el bdsm tiene esa función y ese objetivo. hoy el Dueño ha roto psicológicamente al objeto, una vez más. ayer falleció un familiar cercano del objeto y hoy, en el saludo inicial, el objeto le ha dicho que durante el día tendría que ir al velatorio. el Dueño ha reprendido y castigado al objeto porque, nuevamente, volvió a tomar una decisión sin consultarle. en un primer instante el objeto se sintió abrumado y notó un inicio de intención del ego de tomar las riendas porque consideraba que la situación era demasiado importante, y sensible, como para no dejarlo a criterio de otro. y ahí estuvo precisamente su pecado, en pensar que se bastaba por sí mismo. el Dueño castigó al objeto a estar hoy y mañana sin jaula. el objeto se sentía destrozado por dentro. no sabía si por haber fallado al Dueño, por el fallecimiento del familiar, por lo mucho que ha sufrido estos últimos meses con su problema de espalda y de la pierna. tal vez fuera una combinación de todo eso. el hecho es que se sentía fatal. y ahora viene el aspecto positivo de todo esto. en vez de enfadarse, imponerse, mosquearse, cabrearse o incluso entristecerse, el objeto se sometió a la voluntad del Dueño, confió ciegamente en Él y en su criterio y se arrodilló por dentro, guardando silencio y sabiendo que el Dueño sabe mejor que el objeto cómo deben ser las cosas, lo que ha ocurrido y cómo solucionarlo. si hubiera estado en su presencia el objeto se habría arrodillado en silencio y habría susurrado un agradecimiento. en cuanto esto ocurrió todo volvió a la calma, a la tranquilidad. todo estaba en su sitio, en paz. el objeto y ni siquiera sentía tristeza por el fallecimiento. no tenía que sentir, ni decidir, sólo obedecer. sabía qué tenía que hacer, porque el Dueño se lo había dicho. sabía qué tenía que pensar, porque el Dueño lo había ordenado. podría decir que incluso fue algo con tintes eróticos o sexuales aunque el objeto no se excitó. el Dueño volvió a vencer al ego y el objeto pudo estar casi todo el día en subspace, sometido al control que el Dueño ejerce sobre su propiedad. el día fue más llevadero, el velatorio fue más llevadero. en definitiva todo fue mejor, y así es, incluso con el castigo, cuando el Dueño está en el centro y toma las riendas.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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