martes, 31 de mayo de 2022

FdD protección


en una sociedad judeocristiana como la nuestra casi todo lo vinculamos con el castigo y la prohibición. el bdsm no es algo ajeno a esto. la jaula es para prohibir que te corras, el bondage es para evitar que te muevas, la mordaza es para impedirte hablar y decir lo que quieras. sin embargo hay un matiz en el bdsm, especialmente en aquellas prácticas más continuadas de parejas más estables que se nos suele pasar por alto: la protección. el Dueño quiere que el objeto use la jaula para protegerlo de un comportamiento que es contraproducente para el objeto, al igual que la mordaza y el silencio. no es tanto para prohibirle hablar como para protegerle y evitar que diga cosas inadecuadas o impropias. así al menos lo siente el objeto. cuando es amordazado siente una tranquilidad enorme, porque no puede ofender al Dueño ni decir nada que sea propio de un humano. el silencio, al igual que la castidad, o la obediencia es por y para su seguridad. y por eso el objeto se lo agradece al Dueño, porque evita que su comportamiento no sea el que el objeto debe tener.

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