martes, 5 de abril de 2022

día 4464 de esclavitud, castrado permanentemente

a veces parece que vida te va a sobrepasar, especialmente cuando se trata de relaciones con humanos. el objeto se siente abrumado en ocasiones y hoy era un día de esos. el plan original era trabajar por la mañana y tener clases por la tarde, bueno, tener clases es un decir porque el objeto tenía cuatro cosas, casi simultáneamente. al final los planes se cambiaron porque el objeto se levantó con un fuerte dolor de espalda que le impidió ir a trabajar, así que se quedó en casa, trabajando igualmente pero desde casa y con unos cojines que mantuvieron su espalda lo más recta posible. curiosamente avanzó mucho y por la tarde problemas de horario hicieron que pudiera asistir al menos a tres cosas entre clases y reuniones. fue por tanto un día muy productivo a pesar del dolor de espalda.
sin embargo lo más llamativo vino después. debido al aumento de ese dolor, a última hora de la tarde el Dueño ordenó al objeto que fuera a urgencias a pincharse para, al menos, reducir el dolor. y el objeto obedeció. lentamente fue hasta allí y le dijo a la enfermera lo que le pasaba. le hicieron pasar a la sala de espera porque no era el único y de pronto aparecen por la puerta dos policías nacionales con un tío esposado, con las manos a la espalda. por supuesto el choque fue brutal. los policías eran jóvenes y estaban bastante bien, algo que no se podía decir del prisionero. solicitaron ver a un médico y les hicieron pasar a la sala de espera también. allí el objeto no podía dejar de mirarles. le quitaron las esposas y volvieron a ponérselas por delante. mantuvieron una ligera conversación. al objeto sorprendió lo amables que eran los policías. sin embargo aquello no le excitó, ni le emocionó, más bien al contrario.  después de que lo pincharan, más relajado y de vuelta a casa el objeto reflexionó sobre la escena que había visto. se suponía que era su fetiche, que era lo que le gustaba y le excitaba: un tío esposado por dos personas con autoridad, la fantasía de cualquier fetichista. ¿por qué no lo había sentido así? ¿sería por el dolor de la espalda? y entonces cayó en la cuenta. aquello no era voluntario. la esclavitud, el bondage, la servidumbre debe ser algo voluntario. eso es lo excitante. someterse voluntariamente. aquella era una escena trágica. alguien con un pasado desconocido pero seguramente nada bueno, era violentamente obligado por el estado a vete tú a saber qué. ir a la cárcel como fantasía está bien incluso ser encerrado de por vida, como espera serlo algún día el objeto, pero voluntariamente, porque forma parte de lo que deseas y necesitas para realizarte como inferior, no porque no te queda más remedio.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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