el objeto se
despertó hoy, como ayer, en el suelo del baño de la suite donde vive el
Dueño. parece una tontería pero estas cosas son las que dan sentido a la
existencia del objeto. se despertó encadenado, con las botas puestas y
después de haber descansado más de lo que hubiera esperado. el Dueño
llevaba tiempo despierto y llevó al objeto a otro baño a ducharse, cosa
que hizo en unos segundos casi. luego volvió a la habitación y lo
encerró en la improvisada celda del objeto. allí desayunó ligeramente,
sin quitarse las cadenas, y luego el Dueño le dio permiso para que
leyera o meditara. el objeto hizo las dos cosas. de hecho el Dueño
ignoró al objeto prácticamente toda la mañana, lo cual era
extremadamente gratificante para el objeto. no había ido allí a ser el
centro de atención. como objeto la mayor parte del tiempo la pasa
almacenado, esperando a que el Dueño decida usarlo, como sus botas. el
hecho es que el objeto entró en un profundo estado de subspace, muy
profundo, potenciado por la capucha que había comprado ayer que lo sume
en ese estado casi de manera automática.
de hecho estaba así cuando
de pronto el objeto oye abrir la puerta y el Dueño tira de las cadenas
hacia fuera. el objeto casi se cae porque no esperaba esa reacción y su
cuerpo estaba en estado muy laxo, extremadamente relajado. a duras penas
el objeto se levantó y fue arrastrado hasta el dormitorio. el Dueño le
ordenó cambiarse las botas. tenía puestas las altas verdes de goma y se
tuvo que poner las de montar. para ello el Dueño tuvo que quitarle la
cadena porque si no era imposible. a continuación le ató los grilletes
con una cuerda y lo llevó hasta la entrada del baño. la puerta tiene
unas ventanas pequeñas en la parte superior. pasó la cuerda que unía los
dos grilletes por la viga que separaba esas pequeñas ventanas del resto
de la puerta y tiró. las manos del objeto quedaron sujetas y casi
llegando a la madera. a continuación el Dueño amordazó al objeto con un
trozo de tela y ató las rodillas y los tobillos del objeto de forma que
casi quedaba colgando. lo siguiente que hizo el Dueño fue coger el
gancho anal que había comprado en la tienda fetiche y de lo puso al
objeto entre las piernas. ató una cuerda al gancho y la pasó por el
cuello al objeto, que gimió ante el dolor de la presión. intentando huir
de él se puso más de puntillas pero fue inútil. las manos le dolían ya.
el objeto no estaba acostumbrado a estar en esa postura. el Dueño jugó
con el objeto durante un rato. tiró de la cuerda de forma que el gancho
le presionaba aún más, obligándole a intentar huir hacia arriba en un
intento inútil de escapar de él. los brazos del objeto ardían de la
tensión. toda la escena fue muy rápida y excitante porque el Dueño
estaba a punto de explotar. de hecho se sentó en la cama mirando al
objeto y se corrió casi inmediatamente con espasmos de placer. la
situación le había sobrexcitado y eso alegró al objeto. la jaula le
dolía muchísimo pero sabía que no podía esparar ningún tipo de desahogo.
y así fue. el objeto soltó al objeto de la puerta, volvió a colocarle
la cadena en las manos y volvió a encerrar al objeto en su celda.
allí
comió el objeto, en silencio, encadenado, y solo, mientras el Dueño
hacía sus cosas. curiosamente esta ignorancia, este pasar del objeto fue
una de las cosas más gratificantes de este viaje. el Dueño siempre le
ha dicho que lo que más le gusta es pensar y saber que tiene al objeto
encerrado y que puede usarlo cuando quiera, pero cuando no, que se
desentienda de él sabiendo que está a salvo. pensar que estar encerrado
es estar a salvo es una idea que tiene mucho el Dueño y que, por tanto,
también la tiene el objeto. de hecho fue así como se sintió durante todo
el fin de semana. el objeto aprovechó el rato para escribir, leer,
meditar, entrar en subspace aún más profundo...
a media tarde el
Dueño sacó al objeto de su celda y lo tumbó en la cama. el objeto no
sabía muy bien qué hora era. todo estaba en penumbras porque las
cortinas estaban echadas. tampoco importaba nada. en estos viajes el
objeto pierde la noción del tiempo y es el Dueño quien lo controla todo.
-¡Acaríciame!. ¡Dame placer! -dijo el Dueño
y
el objeto lo hizo. es bastante difícil acariciar a alguien estando
encadenado y con grilletes. los movimientos están muy limitados. no
puedes separar mucho las manos, justo lo que te permita la extensión de
la cadena así que no puedes hacer giros amplios y prácticamente las
manos deben ir juntas. aún así el objeto obedeció y se puso manos a la
obra. lo único que recuerda de entonces es que, justamente, perdió la
conciencia. entró en un estado de subspace tan profundo que todo se
vuelve confuso. recuerda la excitación, tanto del Dueño como del objeto.
también recuerda haber obedecido las órdenes del Dueño sin pensar.
recuerda que el placer no vino por la caricia, sino por la excitación.
el Dueño gemía cada vez más y acabamos entrelazados, el objeto adorando a
su Dios, el Dueño siendo adorado. el objeto no recuerda cuando tiempo
pasó, sólo que terminó como debía terminar, con el Dueño corriéndose de
nuevo. el objeto estaba más allá de allí y no sabe cuánto tiempo pasó.
el
Dueño, después de limpiarse, levantó al objeto de la cama y lo volvió a
encerrar en la celda. allí estuvo el resto de la tarde, en silencio,
encadenado. estuvo leyendo un rato, escribiendo otro y meditando. cuando
se hizo la hora el objeto cenó y poco después, siguiendo órdenes del
Dueño, se acostó en el suelo, como la noche anterior, como ordenaba el
Dueño. y allí durmió el objeto, sobre una colchoneta, con las botas
verdes de goma altas y una simple manta, como debe dormir todo objeto.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 19 de marzo de 2022
día 4447 de esclavitud, castrado permanentemente
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