cuando llegas a cierto grado de sumisión, te das cuenta de que nada depende de ti. has ido poniendo tantas cosas bajo el control del Amo, del Superior, que pocas cosas están bajo tu decisión. esto, fuera de las líneas interpretativas del bdsm puede ser considerado enfermizo, incluso dentro de ellas, mientras estás en el proceso, muchos inferiores se asustan y abandonan. no quieren perder el control. sin embargo, si perseveras y pasas por encima de esos miedos, la recompensa es infinitamente mejor. la tensión por el miedo a equivocarte desaparece. la ansiedad por tener que elegir desaparece. la vergüenza de hacer algo mal desaparece. y todo eso te llena de una paz profunda, radical, interna, vivencial. pero esto no se improvisa. se trabaja constante y profundamente, día a día, cediendo cada vez un poco más. algunas prácticas ayudan más que otras, como el breath control por ejemplo. usado sistemáticamente, y con mucho cuidado porque es de las prácticas más peligrosas, va llevando al sumiso al límite y llega la circunstancia, igual que pasa con el bondage, que cuando deja de ser excitante para ser efectiva te taladra el cerebro, y hasta diría el alma, y entonces te rompes y cedes, cedes todo. es como la barrera del sonido, hace falta llega a ella, romperla y entonces vas a toda velocidad. aviso a navegantes: todo esto es muy peligroso. no es para pusilánimes ni es un juego. si no estás dispuesto a comprometerte es mejor que no empieces, ahora la recompensa, como ha dicho el objeto en otras ocasiones, es proporcional a la apuesta que se hace.
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