el objeto no ha ido
hoy a trabajar porque se ha levantado peor de su resfriado y prefirió
resguardarse, además en su estado no habría podido realizar el trabajo
bien, de ninguna manera. le cuesta tragar, respira regular y está
cansado pero no ha tenido fiebre en ningún momento así que es eso, lo
que antes y por aquí se llamaba un enfriamiento, por el cambio de
temperaturas. el otoño ha llegado, o lo que aquí se considera otoño, que
no es sino una primavera un poco más fría, pero notamos el cambio de
temperatura. de hecho tenemos ese problema, que por la mañana hace
fresco, al mediodía mucho calor y por la tarde otra vez fresco. lo
interesante de esta situación es que el Dueño ha estado en actitud de
Daddy, protector y preocupado por el objeto y esto no ha podido evitar
pensar en cómo lo cuida, en como lo protege y lo acompaña y anima. y lo
hace no sólo cuando el objeto está enfermo con caricias y palabras de
ánimo. el objeto también se ha dado cuenta que cuando es muy estricto y
exigente, cuando castiga al objeto de alguna manera, cuando le dice que
va a llevar la jaula para siempre y que no tiene sexo, ni voz, ni
voluntad, ni derechos... también lo está cuidando. porque cuidar y
procurar que la persona esté bien, sea feliz, pero también que
desarrolle todas sus potencialidades, no se salga de su auténtico
camino, no elija lo que no le conviene. eso es cuidar. y el Dueño lo
hace día a día con el objeto, incluso y sobre todo cuando es más
estricto... sencillamente porque es más difícil. es más difícil
imponerse y ser duro cuando podría mirar hacia otro lado y dejarlo
pasar, evitar el conflicto, elegir el camino fácil. pero igual que esta
vida es todo menos fácil para el objeto, tampoco lo es para el Dueño.
ante esto el objeto sólo puede agachar la cabeza y adorar al Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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