este es el primer fin de semana "libre" del objeto en dos meses. es curioso como siente una especie de aprensión cuando utiliza esta palabra, de ahí las comillas, incluso usado en este contexto, porque efectivamente lo tiene "libre" pero sin dejar de ser un objeto esclavizado, una propiedad. hoy comenzaba una nueva cuidadora de los familiares que el Dueño ha permitido que el objeto cuide durante este tiempo. la verdad es que esto lo necesitaba, porque puso bajo las botas del Dueño salir a comer fuera. el Dueño lo concedió. esto sabe que este tipo de cosas es una concesión fruto de la magnanimidad del Dueño, y que es fruto de la distancia y del régimen en el que el Dueño quiere que el objeto viva. cuando esté físicamente bajo sus botas de manera permanente, esto no espera salir de su confinamiento, de su encierro. espera estar encadenado de manera permanente, encapuchado la mayor parte del tiempo y en silencio prácticamente absoluto ya que el Dueño ha expresado que no quiere ver ni la boca, ni el pene, ni los pies del objeto. eso se traduce en estar amordazado, enjaulado y con botas todo el tiempo. el corazón del objeto se conmueve con esta perspectiva, con vivir así, con estar así. ya no concibe otra forma y, aunque fue a comer, estuvo simulando siendo humano y para los demás era uno de ellos; el objeto sabe lo que es, tiene muy claro a quien pertenece y quien es el propietario de su existencia.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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