el objeto ha vivido hoy una de esas experiencias en las que ha podido transformar una situación cotidiana en un punto de reflexión bdsm. tenía a primera hora cita con el dentista porque la semana pasada tuvo un problema con un diente: se le rompió un pequeño trozo y fue a ver si se lo podían arreglar. efectivamente pudieron y el objeto acabó sentado en la silla del dentista, con el taladro en la boca mientras le metían tubos para aspirar la saliva y, bueno toda la parafernalia. el objeto no tiene fobia al dentista y no le dolía nada, solo la molestia, pero su mente calenturienta comenzó a fantasear, tal vez para pasar el rato. en primer lugar de imaginó que estaba en algún lugar, atado al sillón y le estaban quitando los dientes por orden del Dueño. a continuación pensó que lo que le estaban haciendo realmente era extirparle las cuerdas vocales para que pudiera hablar nunca más, también por orden del Dueño. la cuestión es que, inmediatamente después de pensar esto, el objeto tomo conciencia y se dijo "estaría en su derecho de hacerlo". y efectivamente lo cree. el Dueño estaría en su derecho de hacer ambas cosas, de usar al objeto y modificarlo a su criterio y a su capricho. con esta idea el objeto pasó el resto del día, sin molestias, la verdad, pero rememorando la experiencia y el aprendizaje que se derivó de ella.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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