lunes, 2 de noviembre de 2020

día 3945 de esclavitud, castrado permanentemente

 a veces el objeto piensa que ha interiorizado tanto determinadas cosas que se han vuelto cotidianas y que para esto son algo normal y corriente, pero que deben ser extremadamente chocantes para alguien vanilla, e incluso para inferiores y Superiores metidos en el bdsm. por ejemplo que el objeto pida permiso para cualquier cosa: para ir a comprar, tomar un café, salir a comprar algo, quedar con un conocido, o hacer cualquier actividad. el objeto ha escrito "pida permiso", pero realmente no es la expresión correcta. el objeto utiliza la fórmula "pone humildemente entre sus botas", porque en el fondo no tiene preferencias, no "desea" hacer algo, sencillamente lo que pone bajo las botas del Dueño son cosas que el objeto no puede evitar fácilmente, o son consecuencias de su existencia simulando ser humano. el Dueño sabe que por cada cosa que el objeto pone bajo sus botas, hay al menos diez que no pone porque las obvia, las rechaza o las ignora directamente por no se "necesarias" o imprescindibles. eso significa que la vida social del objeto se ha reducido al mínimo, aunque aún así parezca mucha en comparación con lo que debería estar haciendo: vivir encerrado sin ver ni hablar con nadie salvo con el Dueño y con aquellos que el Dueño decidiera. si el objeto tiene que vivir entre los humanos por las circunstancias, no puede evitar cierto contacto social, aunque fuera en el trabajo, pero sí que puede limitar este a lo puramente imprescindible.

sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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