la austeridad no es algo que esté precisamente en boga. más bien al contrario, parece que lo lujoso, cuanto más mejor. tener un esclavo, del tipo que sea, es sin duda un lujo, pero paradójicamente, la vida de un esclavo debe estar dominada por la austeridad.
acabamos de pasar por unas fiestas donde el exceso es la norma, algo curioso cuando celebramos el cumpleaños de alguien que nació en la más radical pobreza, entre animales porque nadie quería recoger a sus padres en su casa. en cierta medida jesús nació como un vagabundo sin hogar, un homeless que dicen ahora. sin embargo la sociedad lo celebra con el exceso.
los lujos y las distracciones despistan a los sumisos en todas las escalas, que deben centrarse en obedecer y volverse más sumisos cada día, en cada momento. desde luego el mundo actual no ayuda a eso pero una vida sin lujos, sólo con lo necesario, es el ideal de la vida de un esclavo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
jueves, 7 de enero de 2016
día 2184 de esclavitud, 156 de castidad
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