el entrenamiento de un esclavo consiste, básicamente, en domarlo. en algunos sitios se usan expresiones como "romperlo", "reprogramarlo", incluso "desconstruirlo". en muchos lugares de este blog el perro ha defendido que ese entrenamiento lo que pretende es ir eliminando las ideas y prejuicios que a lo largo de toda su vida han sido introducidos para modificar y alterar su propia naturaleza. de esta forma el esclavo entraría en contacto con esa naturaleza y podría empezar a vivir según ella, consiguiendo de esta forma la felicidad.
sin dejar de ser cierto, la utilización de la doma no va tampoco desencaminada, porque la experiencia demuestra, que aún siendo beneficioso para el esclavo, renunciar a determinadas ideas y comportamientos puede ser muy costoso. entonces, igual que un caballo se encabrita y se revuelve intentando librarse la silla de montar, en determinados momentos de su entrenamiento, el esclavo puede desear quitarse el collar, la capucha y volver a serlo que era. la habilidad de un buen Amo consisite en reconocer esos momentos y entonces ejercer la fuerza proporcional que debe emplear para mantener al esclavo en su camino. antes de comenzar el esclavo lo sabía y suplicó al Amo que lo hiciera en esos momentos. aunque le cueste, el esclavo debe perseverar, incluso en contra de su voluntad en determinados momentos. cuando la crisis pase y el esclavo recapacite se arrodillará ante su Amo, besará sus botas y le dará las gracias por lo que ha hecho.
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