un día normal y corriente en cuanto a la vida: compra del mes, tareas caseras, etc. la no-vida debe continuar a pesar de todo. hoy sin embargo el Dueño estaba algo preocupado. el perro no sabe por qué razón pero veía al perro nervioso y se cuestionaba si el control que ejercía el Dueño sobre el perro estaba siendo efectivo.
la consecuencia más evidente de su control es la calma en la que vive el perro. si esta calma desaparece por alguna razón, el Dueño se cuestiona.
este hecho le honra, porque su mayor preocupación es que el perro esté bien y eso se consigue con obediencia, mucha obediencia. pero también es cierto que hay cosas que no pueden controlar el Dueño de la no-vida del perro. si un jefe está tonto o si tiene un mal día en el trabajo, el perro puede llegar a "perder" su calma pero es algo que está fuera de la acción del Dueño.
cuando el Dueño controle todos los resortes de la vida del perro. tras el Gran Salto la cosa será diferente. la auténtica calma llegará cuando la vida del perro se simplifique: no salidas, no relaciones, no decisiones. todo pasará por el Dueño y así El podrá controlar el estado anímico del perro.
hasta que ese momento llegue, el perro no se imagina ya su existencia sin ser un esclavo. una cosa es que no puede vivirla en plenitud aún, y otra distintas no poder vivirla en absoluto.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 28 de noviembre de 2015
día 2144 de esclavitud, 116 de castidad
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