ayer hablabamos de las botas brillantes como señal y signo de devoción. hoy hablamos del acto que encierra esa devoción. nada suscita más respeto entre Amos y esclavos que ver a uno, o dos en este caso, sumisos arrodillarse ante su Amo y besar o lamer sus botas. cuando eso ocurre parece como si todo se detuviera, tanto para los participantes como para lo observadores si el acto se realiza en un sitio público. es la concreción externa de todo lo que se juega internamente en una relación de Dominación/sumisión, la manifestación de las emociones, los sentimientos y las convicciones de Amos y esclavos. es un intercambio de poder donde unos se someten y otros aceptan ese sometimiento. besar las botas de su Amo tiene para el esclavo algo de glorioso y sublime.
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