jueves, 9 de abril de 2015

dia 1912 de esclavitud, 359 de castidad

el día comenzó muy temprano para el perro porque el avión hacia madrid salía a las siete de la mañana así que estuvo pronto en el aeropuerto. después de pasar el control el perro fue al baño y se puso la jaula de metal y las botas sendra. con ninguna de las dos cosas podía pasar el control así tuvo que quitárselas pero inmediatamente se las puso de nuevo y con ellas viajó a madrid, a ver a su Dueño.
cuando llegó estaba lloviendo, lo cual era agradable para el perro, pero bastante complicado para llevar sendras porque resbalan en el suelo lluvioso. fueron creadas para climas secos. en cualquier caso el perro fue hasta chueca, donde el Dueño le dijo que le esperaba en d´mystic, un bar casi fetiche para los dos. y allí estaba, con sus botas, y sus guantes. parecía como si no nos hubiéramos separado, como si nos hubiéramos visto ayer mismo, como si no hubiera pasado el tiempo. desayunamos allí y fuimos a SR. el perro tenía que comprar la herramienta con la que iba a ser castigado por no haber ido cuando le correspondía. aunque fuera por causas ajenas al propio perro eso no es excusa para haber molestado al Dueño, así que fuimos.
desde luego el material de SR no tiene comparación con otras tiendas. es artesanal y de cuero auténtico. estuvimos viendo varias cosas: látigos, paletas de varios tamaños, y otras cosas de bondage. al final el Dueño se decidió por una paleta de cuero bastante gruesa pero no muy grande, lo cual la hacía bastante manejable.
el Dueño estaba algo disgustado porque, durante este tiempo, se habían perdido sus llaves, entre ellas el candado de la cadena que siempre pone al cuello del perro en cuanto llega. el perro llevaba otras llaves que tenía de repuesto, pero no funcionaron. la razón parecía más no que no fueran las llaves sino que el llavero se había oxidado y no funcionaba. en previsión de eso el Dueño había ordenado que llevara un nuevo juego de candados y llaves pero primero había que quitar el que estaba puesto.
de igual forma, el perro había comunicado al perro que la jaula de metal estaba empezando a descascarillarse por algunos sitios. la habíamos comprado en ebay por muy poco precio y no era en absoluto original, incluso diría que de baja calidad. el perro se cuestionaba si incluso era de acero inoxidable o sólo tenía un baño. en cualquier caso se lo comunicó al Dueño y dimos una vuelta por el centro de madrid buscando jaulas y un collar, pero no encontramos ninguno.
acabamos delante de la librería central, esperando a un amigo del Dueño con quien íbamos a comer. el Dueño cada vez me introduce más en su círculo de conocidos. quiere hacer público que tiene un esclavo pero es algo que hace muy lenta y selectivamente. de hecho toda la gente que conozco sabe que soy su esclavo y este amigo con quien comimos, no es una excepción.
el tema fue que mientras esperábamos el Dueño empezó a "jugar" con su perro. le puso los guantes en la boca, le tapó la boca con ellos, puso su bota en los genitales del perro con el consiguiente dolor por la erección... fue una especia de tortura en público, disimulada, pero que acabó con el perro muy dolorido. al final la llegada del amigo del Dueño evitó que siguiera y que el dolor se acrecentara.
tras la comida el Dueño llevó al perro a su casa. nada más entrar el perro se arrodilló y lamió las botas del Dueño. llevaba tanto tiempo sin hacerlo que eso bastó para que entrara en cierto subspace. inmediatamente bajaron las defensas y dejó de ser cualquier cosa menos un perro.
a continuación el Dueño le ordenó que se desvistiera y sólo quedó con las botas y la jaula. en ese momento el Dueño vendó los ojos del perro y éste quedó indefenso, más aún. el Dueño ató las manos del perro con cuerdas por delante. al principio el perro quedó desconcertado porque no es una forma que suela utilizar, pero luego lo entendió cuando ató otra cuerda y le levantó los brazos hasta dejarlos atados, por encima de su cabeza a un travesaño, dejando el cuerpo del perro expuesto. sabía lo que eso significaba. iba a sufrir el castigo, a pagar la deuda, a sufrir los azotes por no haber ido cuando correspondía.
lo siguiente fue la mordaza, que en este caso fue una muy incómoda pero muy efectiva, una especie de almohadilla cuadrada de cuero que llena completamente la boca. a estas alturas el dolor ya había comenzado, de forma intensa, porque la polla del perro estaba completamente dura y contenida en una jaula minúscula. el perro tenía orden de no decir una palabra, de no emitir ningún sonido. incluso empezó a controlar la respiración para que no fuera demasiado agitada. el Dueño añadió una mordaza de tela por encima de la otra mordaza. no era necesaria. el perro sabía que debía aceptar el dolor en silencio.
entonces comenzó. con la paleta de cuero dio la primera palmada pero antes dijo:
-Quiero que cuentes, perro, y que des la gracias por cada una.
la primera dolió menos de lo esperado, y el perro emitió un gruñido que significa algo así como "uno. gracias Dueño". la segunda fue igual, y la tercera. sabía que eran diez porque el Dueño lo había dicho. a la cuarta la erección había desaparecido, pero el perro no se quejó. la quinta sí que fue dolorosa y el perro intentó centrarse en la respiración. el ritmo variaba y la intensidad también, imagina el perro que para que no se preparase para el siguiente golpe. el perro iba contando y contando. al final el perro contó la décima y, sin esperarlo, llegaron dos más muy intensas. el perro aguantó. ni siquiera tuvo la tentación de decirle que había dicho diez, ni lo pensó. en aquel momento estaba tan en subspace que podría haber seguido veinte más y el perro le habría dado las gracias por cada una. cada golpe iba destrozando cualquier atisbo de ego, libertad, rebelión, cualquier "pero" desapareció bajo cada azote. al final era un auténtico objeto. hubiera hecho cualquier cosa que me hubiera pedido. al terminar no estaba empalmado, pero no era nada, salvo tal vez un esclavo.
cuando, inmediatamente soltó las cuerdas, el perro cayó a sus pies y se agarró a las botas de su Dueño, respirando intensamente, no gimiendo, ni llorando, pero agradecido. aquel era su sitio, su lugar, donde debía estar en el mundo. no había otro sitio. el Dueño acarició al perro y lo dejó allí unos minutos. luego lo llevó a la cama y le ató las manos a la espalda.
entonces comenzó otra "tortura" que duró casi toda la tarde. es algo muy difícil de explicar. el perro estaba completamente indefenso, y no se refiere a las cuerdas sino a su mente. no tenía barreras, no tenía nada entre las palabras del Dueño o lo que ocurriera y su mente. el Dueño parecía saberlo y empezó a "follar" al perro pero no con su polla sino con las palabras. fue un asalto en toda regla. durante un tiempo que el perro no puede precisar estuvo allí, tumbado al lado de su Dueño, atado y amordazado, mirándolo mientras Este se masturbaba y le decía cosas como "eres mi perro. no tienes voluntad. no puedes vivir sin mi. me perteneces..." y un montón de cosas más ante las que el perro estaba indefenso y sólo podía afirmar con la cabeza.
mientras tanto su polla estaba a punto de reventar la jaula si no fuera porque era de metal. cada palabra aumentaba el dolor y cada dolor hacía que el perro entrara más en subspace.
no sabe cuanto duró aquello. varias veces el Dueño grabó en video al perro así. y el perro no gimió en ningún momento. cuando el Dueño hacía una afirmación el perro asentía con la cabeza pero cuando le salía en forma de pregunta, el perro permanecía inmutable. un esclavo en ese estado no contesta preguntas, no afirma o niega, sólo obedece. el perro puede afirmar que en aquel momento estaba en el estado mental y físico más bajo, en sentido de sumiso, de lo que ha estado en toda su vida. habría hecho cualquier cosa.
el Dueño se corrió en un momento dado y luego vio los genitales del perro. "¿Te quieres correr?", dijo. el perro no contestó. "no te voy a quietar la jaula", dijo, pero desató al perro las manos de atrás. el perro se empezó a tocar los genitales, metidos en la jaula de metal que se estaba descascarillando, pero que contenía aprisionado la polla que lleva el perro, pero que pertenece al Dueño. y entonces ocurrió, la leche empezó a salir. la mirada de sorpresa del Dueño no tenía precio, y el perro gemía, porque era doloroso, extremadamente doloroso, profundamente doloroso. cuando terminó todo y el Dueño preguntó, le dijo que era como darte una patada en los genitales mientras te corres. la comparación le gustó y agradó mucho. "A partir de ahora sólo te sacarás la leche así", dijo. había cavado mi propia tumba. el perro había demostrado que podía sacar su leche así, de forma que ya no la sacará de otra manera.
el Dueño ató las manos del perro por delante más fuerte y le ordenó dormir un rato. el perro perdió la noción del tiempo pero cuando despertó el Dueño volvió a "follar" la mente del perro y volvió a correrse. así terminó uno de los días más impactantes para el perro desde que es esclavo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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