martes, 2 de diciembre de 2014

cartas desde la mazmorra

desde la oscuridad y profundidad de la mazmorra en la que vive, el perro quisiera centrar su mirada en la obediencia, una virtud bastante olvidada en nuestro mundo, pero que está en la base de cualquier relación de Dominación/sumisión.
como en otras ocasiones, el perro tiene la sensación de que ha abordado esto antes, pero también es cierto que nunca lo hará el suficiente número de veces.
sobra decir que obedecer no sólo no está de moda, sino que no se lleva en absoluto. parece que siempre hay que ser original y dejarse llevar por tus propios impulsos. en definitiva parece que uno debe hacer lo que le de la gana.
sin cortar el derecho que tiene todo aquel que quiera ejercerlo, de ser libre ¿qué pasaría si no obedeciéramos las señales de circulación? ¿o si un centro educativo no tuviera normas? ¿o si no siguiéramos las indicaciones en un estadio? sería el caos. imaginemos una empresa sin normas: cada uno entraría y saldría de trabajar cuando quisiera. una vez en el trabajo cada uno trabajaría en lo que le apeteciera, independientemente de que fuera urgente o necesario.
apliquemos el mismo ejemplo a una familia: cada uno come, duerme y limpia cuando quiere y le apetezca. hacen los deberes, o no, según su humor y entrar y salen cuando quieren.
los seres humanos necesitamos organizarnos y la organización requiere normas y la snormas implican obediencia. incluso sin normas, la obediencia y su prima hermana, la disciplina, son las dos herramientas más importantes para llegar al éxito en toda tarea que emprendamos en nuestra vida. y no tiene que ser obediencia a una persona sino a un valor, a una idea o a un proyecto.
esta apología de la obediencia no defiende una obediencia ciega salvo en el caso de los esclavos que deseen vivirla hasta ese extremo. para el resto de la gente la vida se mueve en un extraño equilibrio entre la ausencia de obediencia y una obediencia acrítica. ambos extremos son igualmente malos.
un caso diferente es, como decía, el del esclavo que se somete a un Amo y lo obedece ciegamente. irónicamente esa obediencia radical surge de un acto de libertad igualmente radical: la decisión del esclavo de someterse a este Amo concreto de manera voluntaria.
feliz semana.

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