el perro fue de viaje hoy y pasó una cosa curiosa. aunque iba en barco hacía mucho tiempo que no lo hacía y desconocía si habían extremado las medidas de seguridad. si habían puesto un detector, la jaula cantaría así que no se lo puso hasta el barco.
nada más subir, fue el perro al baño pero el retrete estaba ocupado y sólo quedaba el urinario, flanqueado por dos paneles pero sin puerta. allí mismo se puso el perro la jaula.
la llevó puesta todo el día, casi sin notarla salvo en algún momento en que notó el perro que necesitaba rasurarse.
no estuvo mal el viaje, pero tampoco fue nada para tirar cohetes. a veces en situaciones así el perro piensa que, efectivamente nació para vivir encerrado porque eso le gusta más que, por ejemplo, viajar.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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