notó como el buttplug iba entrando poco a poco. El presionaba un poco más cada vez.
-Tu culo está hambriento, perro- dijo
-mmpphhpmmp- recibió como respuesta.
atado, sin poder moverse y amordazado con un plug de goma tan grande como el que estaba entrando en su culo, el esclavo no podía sino aceptar su destino.
El Amo volvió a sentir esa sensación de poder cuando por fin llegó a la parte estrecha y el culo del perro se cerró, aprisionándolo en su interior. no lo sacaría en bastante tiempo.
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