el esclavo se vive a si mismo, y se autodenomina, como esclavo natural. lo hace no porque crea que genéticamente estaba determinado a ser sumiso o a vivir bajo las botas de su Dueño. la sumisión, como la dominación, no está determinado en nuestra biología. sin embargo sí que hay ciertos rasgos o elementos que se pueden ir identificando y que despierta en un contexto y ante unas circunstancias determinadas.
retrospectivamente, el perro comprueba que toda su vida ha estado orientada en cierto sentido hacia este momento en el que está viviendo. las decisiones que tomó, los rumbos que fue dando su vida, las relaciones que mantuvo. todas y cada una de estas cosas fue aportando su granito de arena en la constitución del esclavo que el perro es en estos momentos.
sin embargo no fue hasta que tuvo su primera sesión, que supo que realmente esto era lo que quería, lo que deseaba, aquello que le hacía feliz, aquello que lo realizaba. el perro tuvo la suerte de iniciarse con un Amo cuidadoso y atento, que supo llevarlo por la sumisión y el bondage. aquel sábado, que nunca olvidará, las fantasías del perro se hicieron realidad y se arrodilló por primera vez ante un hombre vestido de cuero, lamió sus botas y se dejó atar por él. fue una experiencia que repetiría algún tiempo más adelante con la misma persona en varias ocasiones, y entonces supo que se había puesto en búsqueda.
en una especie de ironía, el esclavo que estaba naciendo en el actual perro quiso ir más lejos que el Amo y las circunstancias los separaron. tras mucho tiempo de búsqueda después y algunos intentos fallidos, por fin el Dueño encontró al perro y lo tomó como su propiedad. en ese momento muchas barreras cayeron. muchas resistencias fueron vencidas y, poco a poco pasé de humano a esclavo, y de esclavo a perro, y ahora el proceso es de perro a objeto. los nombres no son meramente descriptivos, sino que sitúan al perro en un estado de sumisión determinado, y no tienen por qué ser excluyentes. a veces es perro, a veces objeto, y lo más alto que llega es a ser esclavo.
los esclavos son biológicamente humanos, pero no tienen categoría legal de tales. no pueden hacer lo que hace cualquier persona. están bajo el poder y la autoridad de su Dueño. el perro utiliza los verbos en presente porque, a pesar de lo que se cree, la esclavitud forzosa sigue siendo una realidad en muchas partes del mundo. el perro rechaza radicalmente esa práctica, pero reivindica su derecho a la esclavitud voluntaria, deseada, abrazada y vivida intensamente.
cuando el perro se dio cuenta de todo esto, lo ordenó y le dio un sentido, fue cuando empezó a ver su pasado desde el momento actual en el que está. no fue, ni es al revés, no entiende el presente como una consecuencia del pasado, lo cual es un error que se comete frecuentemente, sino que el pasado, que ya no existe, es contado desde el prisma del presente. por eso es posible afirmar que el perro es un esclavo natural, que para esto nació y que para esto existe.
feliz semana
martes, 6 de mayo de 2014
carta desde la mazmorra.
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