sábado, 18 de enero de 2014

FdD caricias perrunas


nada hay más gratificante para un perro que recibir una caricia, especialmente si viene de su Dueño, de su Propietario. si además esa mano viene de una mano enguantada, bien sea latex o cuero, sobre una capucha.... las sensaciones se multiplican. tener la oportunidad, para un esclavo, de poder vivir su naturaleza divina, es un auténtico regalo. estar a cuatro patas, con el collar, las manos inutilizadas, con la cabeza a la altura de la entrepierna del Dueño... todo son un conjunto de circunstancias que hacen que el perro adquiera un estado de conciencia diferente, distinto. en ese lugar el perro está feliz, olvidándose de que fue humano, de que tuvo un lenguaje una vez. ahora sólo es un animal condicionado, obediencia, sujeto por una correa que lleva el Dueño en la mano. vive para servirle y para obedecerle.

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