los esclavos tenemos claro, al menos aquellos que hemos llegado a un grado de autoconciencia: no somos nada, vivimos para obedecer y para estar a las órdenes de nuestros Amos. sin ellos estamos perdidos. no somos más que perros callejeros que van mendigando las sobras de los demás. sea cuero o latex, nuestra nueva piel es nuestra nueva identidad, una identidad que se oculta bajo una capucha porque poco importa lo que seamos en la no-vida. lo que importa es lo que somos y como nos comportamos bajo las botas del Amo.
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