una nueva versión de un tema recurrente en el blog: la dualidad rura-urbana. aunque es cierto que la goma se una más en el campo, especialmente cuando se trata con animales de granja: botas, delantales.... incluso mascarillas; lo cierto es que tanto el cuero como el latex parecen tener un sitio en el contexto bdsm que se da sobre todo en las ciudades. por eso choca tanto esta imagen. un esclavo está en medio del campo, con un conjunto pensado y realizado para una sesión de bondage.
el campo es un lugar peligros, al menos parece que en él podemos controlar las cosas menos que en la ciudad. si además estamos en un prado con este traje, nos situamos a merced de cualquier animal que pueda acercarse. no podemos ver si la capucha permite la visión, si no es así la tortura de estar completamente indefenso en el campo aumenta de intensidad. cualquier ruido, cualquier señal, se amplifica y hace que el cerebro vaya más rápido previendo algún peligro. es como vivir una noche permanente, y todos sabemos lo "amenazadora" que puede llegar a ser una noche en la naturaleza.
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