una imagen muy repetida, pero no por ello cansina. el escenario es simple: un esclavo encerrado y con collar se arrodilla y lame las botas de su Amo encuerado. para el perro esta simplicidad muestra una profundidad abismal por cuanto en esta imagen se concentra toda su vida, su auténtica vida en cuanto deseos, esperanzas, ilusiones. costó mucho aprender y aceptar que el perro debe vivir de rodillas ante un Amo. costó mucho entender que debía permanecer siempre encadenado o con alguna forma de bondage. lo que cuesta aceptar es que el collar está alrededor del cuello y que no es algo puramente estético o excitante sino que significa rendirte a la voluntad del Dueño. esta imagen es una realización pero también un sueño, y un deseo, así como la manifestación gráfica del alma de este perro-esclavo.
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