todos se le quedaban mirando por la calle. al principio pensó que era por ir todo de cuero, pero era invierno y allí no desentonaba. entonces se dio cuenta de que era por la cadena y el candado que llevaba al cuello, que producía en unos sorpresa en otros sonrisas y en algunos algo parecido a admiración. entonces se cruzó con él. llevaba botas, vaqueros y chupa de cuero, pero los ojos parecía que se iban a salir de sus órbitas y su boca se abrió en una clara mueca de deseo y sorpresa. una par de metros más adelante se paró delante de un escaparate y por el rabillo del ojo vio que se había detenido y aún lo miraba. decidió ir a por él. a su Amo le gustaría poder disfrutar de una sesión con un nuevo esclavo.
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