sábado, 5 de mayo de 2012

FdD posesión

entre mi Dueño y este perro hay una palabra clave alrededor del cual gira toda nuestra relación D/s: posesión. este concepto, esta experiencia da sentido a todo lo demás que existe entre mi Amo y este perro. mi Dueño siempre quiso tener un esclavo, ser propietario de una persona a la que poder atar, amordazar, usar, que le obedeciera. desde siempre tuvo un carácter muy fuerte y necesitaba exteriorizarlo y ejercerlo de la forma más absoluta posible. su proceso de introducción en el bdsm fue un lento desarrollo hacia este punto, donde la necesidad de cuidar, orientar, dominar, controlar, en definitiva de poseer a alguien se convirtieron en los ejes de su deseo, de sus acciones, de su vida en definitiva.
por su parte este perro también fue pasando por distintas etapas hasta descubrir que lo que realmente quería era ser poseído, convertise en propiedad de alguien. cuando llegó a esa conclusión fue como una revelación. se dio cuenta de que deseaba ser cuidado, orientado, dominado, controlado, en definitiva ser poseído por alguien. la suerte, o tal vez no fuera la suerte, hizo que ambos caminos se encontraran y a partir de ese momento, fueran paralelos. y digo paralelos porque cada camino debe ser recorrido por cada uno, juntos a la vez, orientado el del esclavo hacia el del Amo, y controlado por El, pero caminos personales al fin y al cabo. mi Dueño tendrá que afrontar su propio proceso de deconstrucción, porque a El le han enseñado que los hombres son libres, que no pueden ser utilizados o usados y que no se deben poseer. El tendrá que deconstruir esas ideas. este perro tiene su propio trabajo: aceptar su naturaleza sumisa y esclavo, descubrir que esas ideas sobre el hombre hecho a sí mismo, libre y autónomo no son más que ideología que le sirve a los poderosos para ser más poderosos. lo importante es que, aunque caminos paralelos, ya no caminamos solos. ahora El es Dueño de un esclavo y este esclavo es propiedad de su Dueño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lejos queda ese mundo de seres libres e iguales cuando estamos en nuestro sitio, arrodillados y humillados a los pies del Amo, sirviéndole o sufriendo su tortura. Un mundo de disciplina y obediencia sin derecho alguno.