viernes, 4 de mayo de 2012

839 días de esclavitud, 3 de castidad

la cosa está mejor que ayer, mucho trabajo que me impide pensar en otra cosa. a veces lo agradezco porque así llevo la castidad sin que me afecte demasiado, es como un sustitutivo, mientras la mente está pensando en una cosa no piensa en otra, en este caso que no puedo ordeñarme. irónicmaente a veces me gusta regodearme en este hecho, porque así entro en mi vida y me veo y vivo como esclavo. por la mañana estuve en el trabajo y por la tarde en la facultad, en clases, y durante las tardes, siempre llevo el cockring puesto. cuando llego le mando un mensaje a mi Amo diciendo que lo llevo puesto y que hacerlo me recuerda cual es mi lugar en el mundo. no es un mero formalismo, realmente lo siento, especialmente cuando en clase me siento de una forma determinada y me pillo alguna parte. el cockring es de cuero y va enganchado así que de vez en cuando, normalmente cuando me olvido que lo llevo, me da una punzada y me recuerda qué soy y cuál es mi lugar.
antes me avergonzaba decir algo así: que mi lugar en el mundo es el más bajo, a los pies de mi Amo, bajo sus botas. pero ahora he aceptado que esa es una gran verdad de mi existencia como esclavo. eso evita tener que competir o luchar por los primeros puestos, por los lugares preminentes, por ser valorado por la gente que me rodea. discreta, secretamente, sin que ellos lo sepan, este perro sabe cuál es su sitio. sabe que su Amo lo observa desde una posición superior y que, en caso de duda, necesidad, preocupación, sólo tiene que levantar la vista y obedecer a su Dueño. ya no tengo que luchar, ya no tengo que buscar la aceptación de otros, ni competir con ellos. en el fondo, y aquí tenemos una nueva paradoja del bdsm, la esclavitud me ha liberado.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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