la humillación ataca al ego, lo debilita. cuanto mayor es ésta, más debilitado queda. arrodillarte ante tu Amo, lamerle las botas, decir en voz alta que eres su esclavo, obedecer una orden que no entiendes, ser obediente y cumplir las normas incluso cuando no te ve nadie, todo eso va reduciendo el ego y llevándolo a un rincón de tu interior. si las humillaciones son públicas, el efecto se multiplica exponencialmente porque el ego vive del reconocimiento ajeno, de la aprobación o desaprobación de los demás, de lo que ellos piensen de ti. a un esclavo sólo debe importarle lo que piense su Dueño. todo lo demás es insignificante.
1 comentario:
Me gusta la humillacion pública, servir a mi Amo en lugares públicos (bares, discotecas...) pero mi Amo no quiere prestarme a otros amos, para que me usen y les sirva. Qué puedo hacer?
Publicar un comentario