este perro tiene una relación ambivalente con los moteros, al menos con aquellos que llevan monos de cuero, no con los "clásicos" de las harleys, con botas y chupas. en mi primitiva mente fetiche el cuero tiene que ser negro y las botas ideales no son precisamente las que usan estos nuevos jinetes del asfalto. sin embargo cuando veo una escena como esta, esa misma mente fetiche se pone en marchay y despierta deseos y sensaciones ambivalentes. estar encueraro y atado a una moto mientras te amordazan llevando una capucha no es un escenario precisamente desagradable. imagino que por ahí andarán fetichistas del tema más profundos que este perro así que, aunque sea para ellos, ahí va esta foto.
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