martes, 18 de octubre de 2011

cartas desde la mazmorra 19

sobre cómo deberían ser las cosas, de cómo deberías ser, de lo que está bien y lo que está mal y de todo lo que creemos como adecuado y justo. el ego no desvela, sino que oculta nuestra verdadera naturaleza bajo toda esa serie de normas, valores, criterios, principios y juicios que nos alejan de nosotros mismos. sus verdaderos frutos son el ego-ismo, el ego-centrismo, la ego-latría...
el ego sólo puede ser sometido por medio de la humillación, de la puesta en duda, del cuestionamiento de la imagen que el esclavo tiene de si mismo. es un trabajo arduo, prolongado y costoso; sobre todo porque este camino pasa precisamente por ahí, por la humillación. la humillación mata al ego. realmente no lo mata porque es algo que nos acompaña siempre y que debemos tener siempre bajo vigilancia, pero lo reduce, lo mantiene controlado y sometido de forma que no interfiera en la relación D/s. el principal peligro es que, en el camino de control del ego, se toque la autoestima del esclavo. habría que conseguir un equilibrio enrte ambos elementos: la humillación y la autoestima. humillar al esclavo debe ir acompañado de un reforzamiento positivo, para que su autoestima no se resienta

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