de esta imagen no deja de admirarme un detalle: no es la desnudez, ni el hecho de que vayan a comer la polla de su Amo. lo que me atrae inexorablemente es ver a dos tíos como castillos con esos collares y esos candados al cuello. es verlos de rodillas uno frente a otro bajo la mirada de su Amo, su sumisión, la masculinidad sometida, un poder que se impone sobre otro poder para dejar a los esclavos sin poder. sumisos, son conducidos hacia su único fin, darle placer a su Señor, obedecerle, vivir para El.
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