como en otras ocasiones no se puede sino afirmar que el hábito no hace al monje, pero ayuda. un buen cuero, bien llevado, siempre ayuda. creo que ya he contado esta historia, pero esta foto me la recuerda. una vez que estaba en el yumbo mis ojos se iban tras los tios vestidos de cuero y un amigo me dijo que estaba enamorado del cuero, que daba igual quien lo llevara. eso me impactó porque creo que dio con una clave de mi comportamiento. es la clave de un fetichista: anteponer los objetos a cualquier otra cosa. y esta anécdota sólo sirve para hacerme afirmar que, efectivamente, soy un fetichista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario