500 días de esclavitud

hoy es mi cumpleaños porque, en cierta medida, nací tal día como hoy, hace 500 días. nací a una vida nueva, una vida de sumisión y obediencia que estaba buscando casí desde que tenía uso de razón. al contrario que los cumpleaños habituales, que tienen como referencia el lugar que ocupa la tierra con respecto al sol, en este da igual donde esté la tierra y da igual donde esté el sol, en el fondo da igual todo, porque lo que realmente importa es mi Dueño, dónde El esté, el lugar que ocupa, la posición en la que se encuentra. la vida de este perro gira alrededor suya, y de eso hace ya 500 días.

este esclavo no desea estar en otro sítio, sino a los pies de su Dueño, amordazado, atado, obediente, sumiso, sometido, sin voluntad, una simple prolongación suya que, como un buen perro adiestrado, obedezca a las órdenes sin rechistar, sin protestar, de forma rápida y activa. sólo desea este perro estar momificado, sometido a Su voluntad, indefenso frente a Su autoridad. es lo único que este perro desea y añora.

el tiempo recorrido no es sino un preámbulo del tiempo por recorrer, de la distancia que andaré a su diestra, a cuatro patas si El lo desea, rozándome con sus botas, como una simple mascota. ¿dónde podría estar mejor que donde estoy? ¿quién puede ofrecer un futuro, y un presente, mejor que este?