miércoles, 15 de diciembre de 2010

Oscuridad parte 4


encontré este relato visitando el blog de Metalbond y me impactó tanto que, tras consultarlo con mi AMO, pedí permiso para traducirlo y publicarlo aquí. Tanto Metalbond como el autor, Marknorth, me lo dieron amablemente, algo que les agradezco mucho. siguiendo el modelo original se publicará en cuatro entregas. espero que les gusta tanto como a mi.

Autor: Marknorth
Publicado por: Metalbond en su diario (pincha aquí para visitarlo)

Part 4

Estaba sollozando dentro del cuero cuando me di cuenta lo que Mike había hecho. El me arrojó a ellos porque era de su propiedad. Estaba aterrorizado al pensar que podrían volver por más; parecía que había una razón por la que me habían dejado en esa posición. No había tenido la oportunidad de mear después de la cena y en ese momento me lo hice en el suelo. ¿Qué otra opción tenía? Finalmente me desmayé y desperté un tiempo más tarde en la oscuridad y el silencio de la habitación. No me podía mover en absoluto en la posición en la que estaba. Los tios se habían asegurado de que las ataduras estuvieran fuertes antes de marcharse. ¿Quién sabía cuánto tiempo más pasaría antes de que Mike regresara?. Me estaba asustando cuando la puerta se abrió y estaba tenía miedo de que los tíos volvieran. Cuando Mike comenzó a desatar las correas me di cuenta de quien era y le grité por dejar que aquellos tíos me follaran como un animal. Inmediatamente me empujó fuertemente sobre la mesa y me dijo que cerrara la jodida boca. No tenía derechos en lo que a él respecta; había renunciado a ellos hacía unas pocas horas cuando firmé ese contrato. Estaba haciendo esto porque le agradaba. Estaba aturdido, en silencio. Dejó la habitación dejándome medio atado a la mesa, pero volvió inmediatamente. Puso mis brazos a la espalda y los unió con un par de esposas rígidas antes de desatar mis pies de la mesa y empujarme fuera de la mesa.

me arrastró fuera de la habitación y dentro de la mazmorra más grande donde colgaba un duro collar de metal de una pared con una larga cadena. Cerró el collar en su lugar y fue a coger un juego de grilletes rígidos, que rápidamente colocó en su lugar. Me miró con desaprovación y dijo que mi castigo empezaría ahora. No iba a hablar a menos que me hablasen y siempre aceptaría lo que me viniese sin protesta o reserva. Ya había fallado en cumplir con estos dos aspectos del contrato. También me dijo que sería castigado por haber meado en el suelo, pero eso vendría más tarde. Entonces salí y cerró con llave la puerta de las escaleras detrás suya. No apagó las luces. Desnudo, muñecas y tobillos fuertemente atados, y unido a la pared por un collar- me senté en el frio suelo de cemento atemorizado. Mike realmente pensaba que el contrato era real, no solo algo que fomalizaba nuestro juego juntos. A medida que pensaba sobre lo mucho estipulado en el contrato me asustaba más y más. Había básicamente firmado renunciar a mi vida a él- completamente. Las pocas pequeñas cosas que había añadido al contrato eran, en retrospectiva, ridículo. Además, mirándolo desde donde estaba sentado ahora ¿cómo podía saber que él tenía cualquier intención de respetar esos límites?

Cuando me senté allí me dí cuenta de que una de las otras puertas de metal había sido dejada abierta. Ahora sabía por qué había dejado las luces encendidas. La habitación era su almacén y estaba lleno de material de bondage de todo tipo y estilo. Metal fuerte, cuero, mordazas, capuchas, harneses. Debió haberse gastado una fortuna en el material de esa habitación y yo tenái un terrible sentimiento de que iba a experimentar un montón de eso en los días venideros. Empecé a temblar por el frio y la humedad; algo a lo que me había acostumbrado en las muchas horas previas que había pasado encerraod en esa habitación. Con mis brazos detrás de mi y mis tobillos fuertemente atados juntos no podía encontrar la posición que fuera remotamente confortable - algo más a lo que también me había acostumbrado.

Me sorprendió cuando Mike volvió a la habitación. Esperaba haber estado matenido atado así mucho más tiempo. Como supe que estaba acabado, bajé los ojos al suelo como acepté hacer en el contrato. Fue dentro dle almacén y oí arrrastrando pesadas cadenas tras él mientras caminaba hacia mi. Reconocí el sonido del juego de grilletes más pesado que me había puesto en el pasado. Encerró mis tobillos y muñecas con ellos y quitó las rígidas anteriores. Desenganchó el collar de la pared pero no puso otro collar en mi cuello. Me arrastró sobre mis pies y me condujo dentro del almacén. Mantuve los ojos mirando al suelo ya que no quería añadir más castigos a los que ya tenía acumulados. Había un banco de trabajo en la habitación y puso un collar alrededor de mi cuello y empujó mi cabeza sobre la superficie de trabajo. El entonces procedió a remachar el collar en su sitio. Vi el tamaño de los remaches de metal y pesado percutor que uso para ponerlo en lugar y me di cuenta de que el metal no iba a poder quitarse sin una seria sierra de metal. Entonces hizo lo mismo con mis muñecas y tobillos. A todos los efectos y para todos los propósitos estaba permanentemente encerrado con grilletes. Las cadenas no eran los suficientemente largas ni para permitirme caminar sino arrastrando los pies. Mi corazón se hundió.

Sin decirme una palabra me sacó hasta permanecer delante de la última y aún no abierta puerta del metal de la mazmorra. Empujándome de rodillas abrió la puerta y entró. Cuando salió llevaba un viejo colchón mugriento y un cubo como los que me había obligado a usar para cagar y mear en el pasado. Me dejó arrodillado allí mientras él se los llevaba. Estaba dolorido, mi culo estaba palpitándome de haber sido follado y por el pugl que estaba aún metido en él. Sabía que estos grilletes comenzarína a irritarme en unas pocas horas y su peso llegaría a ser un agobio. Sabía que no desaparecerían pronto, si alguna vez lo hacía, aumentarían su peso. Estaba jodido. Era un prisioner en el más auténtico y más definitivo sentido de la palabra. Estaría ahora sujeto a cualquier capricho que Mike tuviese durante el tiempo que decidiese. Comencé a llorar.

Cuando regresó me vio llorando y dijo que estaba contento de que finalmente me diera cuenta de la dimensión de la situación. dijo que solo era lo que había estado esperando -obligarme dentro de las profundidades de la desesperación- eso era su absoluto fetiche. Me arrastró dentro de la habitación -estaba completamente vacía-- el suelo, las paredes y el techo de frio cemento. La única cosa que no era de gris hormigón era la rejilla de metal en medio del suelo. La habitación olía a piss y peor. La rejilla estaba cubierta con lodo y me di cuenta de que no había luces por ningún lado. El sacó el plug de mi culo y lo lanzó al suelo y me dijo que mantuviera silencio. Ató mis grilletes a una pesada y oxidada cadena que estaba atornillada a la pared. Entonces me agarró por la barbilla y me dijo que permanecería en esta celda como castigo -me daría tiempo para reflexionar como seguiría cada condición estipulada en el contrato que había firmado. Permanecería aquí hasta me diera cuenta de que no era nada, absolutamente nada.

Cuando lo miré a los ojos ví que eran fríos y sin empatía. Entonces recalcó como había renunciado a todo. Cómo había usado su influencia para despedirme de la editorial, me convenció para vender mi casa y amañó el motor de mi coche para que se estropease y cómo le había permitido continuar entrenándome cada vez más duramente hasta que había quedado satisfecho de que era exactamente lo que quería. Había dejado de existir en el mundo y él lo había organizado todo. Fue sencillo, dijo, transferir los fondos que tenía en mi cuenta bancaria y de inversinoes a sus cuentas. No había dejado nada de mi fuera de las paredes de esta mazmorra.

Ocasionalmente podría llevarme escaleras arriba para servirle. Ocasionalmente podría ganar tal honor. Por ahora durante un largo, largo periodo de tiempo, permenecería allí. Encerrado para sufrir a su antojo. Los grilletes nunca se quitarían -nunca. El entonces me dijo como se masturbaría pensando en cómo me descompondría aquíe mientras él seducía a otro nadie para mantenerlo aquí abajo como su prisionero.

Mis rodillas estaban ya inflamadas por estar de rodillas en el cemento cuando se dio la vuelta y cerró la puerta -dejándome en completa y total oscuridad y silencio. Todo lo que pude oir fue el sonido de mis sollozos.

THE END

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas gracias por publicar este magnífico relato. ojalá encuentres otros igual de buenos.
cadizsclavo

Change The World dijo...

Que relato tan brutal! Me encanta la desesperación completa del sumiso cuando se ha cuenta de que ha sido una victima desde el principio y su amo busca hacerle lo mismo a otros. simplemente genial. Espero que sea un relato real