lo tenía fuertemente atado. la boca estaba llena con un trozo de tela y cubierta con cinta americana. las convulsiones le excitaron mucho, al igual que los ojos muy abiertos y la cara de pánico. los gritos convertidos en gemidos se la pusieron dura. dos segundos antes de que se desmayara le arrancó el trozo de cinta de la nariz y el aire comenzó a entrar. se puso a llorar desesperado.
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