hay muchas palabras para definir la posición de alguien que renucia al poder en una relación bdsm. cada palabra define una situación diferente y se pueden superponer. así de entrada y siguiendo a los anglosajones, que son pioneros en esto, se me ocurren: boy, bottom, submissive, slave, dog y son.
boy: chico, muchacho , creo que trasciende el entorno bdsm. en una relación sexual se emplea a menudo cuando alguien hace algo bien y no tiene que ver necesariamente con la edada. al emplearla te sitúan, sin quererlo, o queriendo, a un nivel inferior pero tampoco muy abajo. me viene a la mente, por ejemplo, cuando haces una mamada y de pronto oyes que te llaman así. no tiene por qué haber bdsm por medio.
bottom: yo lo traduzco por “obediente” aunque no sea literal. la palabra significa “el que está debajo” implica más un comportamiento que algo sustancial y estable. puedes obedecer o puedes no hacerlo, no es algo fijo sino flexible. renuncias al control y al poder pero no de una manera permanente. en un contexto no bdsm puede entenderse como nuestro “pasivo”.
submissive: significa dar un paso más, ser sumiso. es alguien que obedece la mayor parte del tiempo, si no todo. el comportamiento se convierte en actitud y la temporalidad en permanencia. puede haber alguien sumiso en una relación no bdsm, de hecho siempre lo hay, y no me refiero a ser pasivo. en todas las parejas uno lleva más la voz cantante que otro, pero en este caso esa sumisión es consciente y premeditada.
son: literalmente significa “hijo”. normalmente en una relación hombre mayor-chico joven, aunque no necesariamente, aparece esta figura. aquí el elemento diferenciador es la experiencia. el son se deja guiar por el daddy, bien porque ha vivido más o porque posee cierta ascendencia y autoridad sobre el son. es una relación asimétrica pero no de subordinación. el son tiene autonomía suficiente para seguir los consejos del daddy o no, asumiendo los posibles castigos, si los hay, que se pudieran derivar de su comportamiento.
slave: prácticamente igual que en español. un esclavo es una persona que es propiedad de otra. como se ha producido esa propiedad es cuestionable. en nuestro entorno es una esclavitud elegida. la relación asimétrica llegar aquí a la subordinación plena en cuanto la ilustración puso la libertad individual como un valor supremo y aquí desaparece. pero al igual que en la antigüedad o hasta que la esclavitud legal fue abolida, hay muchos tipos de esclavos. algunos tienen cierta autonomía, pero, y aquí viene lo distintivo, no es algo que dependa de ellos sino de lo que su dueño quiera darles.
dog: perro. parecería que un esclavo es o último en la escala, pues no. ser propiedad de alguien no es lo más bajo que un humano puede llegar. más abajo están los no-humanos: seres que “desean” renunciar tanto al poder y a la autoridad, al control, que se asemejan a un perro amaestrado, y así son llamados por sus dueños. la imagen más clara es precisamente esa: la de un perro que obedece ciegamente los dictados y las órdenes de su amo y señor, que no va a ser tratado como humano nunca más y que renuncia a todo en beneficio de su amo.
no pretendo hacer una descripción científica ni sentar cátedra. lo único que pretendo es establecer los límites de mi propia definición, y que ni siquiera la he establecido yo, sino mi amo. el me ha rebautizado como perrobotas, y así me siento, al final de esta escala, en el nivel más bajo, como un perro. es cierto que a veces me identifico con un esclavo y soy tratado como tal, pero estas categorías no son algo estático, sino dinámico y pueden variar según los contextos y las circunstancias. sin embargo en lo más profundo de mi ser sé lo que soy, y mi amo me reafirma permanentemente en esa existencia, soy un perro, su perro.
1 comentario:
Yo tabien tengo Amo. Soy su perro lamezapas, su puto perro, Su Puto Perro de Mierda, es lo ke soy.
Publicar un comentario