la polla le llenaba toda la boca, llegando hasta la garganta y provocándole arcadas. las rodillas le dolían y los ojos, casi cubiertos de lágrimas por las ganas de vomitar, sólo veían una mancha azul acercándose y alejándose. al menos no tendría que pagar la multa de aparcamiento.
2 comentarios:
Eres increible. Me tienes enganchado a tus mini-relatos. Sigue escribiendo de vez en cuando que cada uno de ellos me deja alucinado.
respetado SEÑOR.- con permiso de mi AMO le escribo para agradecerle su comentario. todo el esfuerzo que conlleva escribir el diario no es más que una ofrenda a mi AMO y Señor, y comentarios como el suyo le dan aún más sentido. seguiré trabajando para que pueda disfrutar.
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