martes, 22 de enero de 2008

mini-relato VI

la polla le llenaba toda la boca, llegando hasta la garganta y provocándole arcadas. las rodillas le dolían y los ojos, casi cubiertos de lágrimas por las ganas de vomitar, sólo veían una mancha azul acercándose y alejándose. al menos no tendría que pagar la multa de aparcamiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres increible. Me tienes enganchado a tus mini-relatos. Sigue escribiendo de vez en cuando que cada uno de ellos me deja alucinado.

Anónimo dijo...

respetado SEÑOR.- con permiso de mi AMO le escribo para agradecerle su comentario. todo el esfuerzo que conlleva escribir el diario no es más que una ofrenda a mi AMO y Señor, y comentarios como el suyo le dan aún más sentido. seguiré trabajando para que pueda disfrutar.