domingo, 27 de enero de 2008

cuero y cadenas

son sin duda la combinación perfecta: el brillo metálico de las cadenas sobre el negro brillante del cuero. pueden aparecer como el collar del perro, como parte de un buen arnés o como sujeción para el esclavo... de muchas formas, de cualquier forma, la cadena y el cuero siempre pegan.
en una sesión son una herramienta muy útil, si no imprescindible, para sujetar a un esclavo. sirven para mantenerle los brazos elevados, tirar de ellos, mantenerlo tenso, mostrando sus músculos... produciéndole dolor. en estas circunstancias es conveniente tenerla la boca bien amordazada, no sólo para evitar que los vecinos lo oigan, sino especialmente para aumentar su sensación de impotencia. se pierde la esperanza, haya posibilidad o no, de recibir ayuda. entonces solo queda el esclavo a solas con su AMO y su dolor.

sirven en definitiva para mantenerlo controlado, sometido, inmóvil. al contrario que las cuerdas, las cadenas son capaces de mantener sujeto a un sumiso sin el peligro de cortarle la circulación. otra ventaja es que es muy difícil liberarse de un encadenamiento. las cuerdas pueden aflojarse con tiempo y trabajo, una cadena, cuando se cierra el candado, o tienes la llave o un potente soplete. una cadena es la mejor solución para tener un esclavo sujeto pero con libertad de movimientos, que pueda llegar al baño, por ejemplo, pero que no pueda salir de la habitación. a colación de esto, una propuesta para los Amos. la tortura aumenta cuando estás encadenado, por ejemplo, a la cama por el collar del cuello y la llave del candado está a pocos centímetros....tan lejos pero a la vez tan cerca. eso puede llegar a ser desesperante.




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