miércoles, 28 de junio de 2006

Dominio a distancia

Ayer me llamó el Amo desde tenerife y estuvimos hablando un buen rato. La conversación fue intensa. Se mostró a la vez que comprensivo muy estricto. Me dio algunas claves para interpretar el fin de semana, como que el domingo notó un cambio en mi. Dijo que había visto dos caras y que al final había triunfado la correcta. Y que para él eso era suficiente. También dijo que esto era lo que quería, alguien que incluso en la distancia sintiera la fuerza de su control pero que nadie lo supiera, que todo el mundo me viera como un tío normal trabajando o estudiando y luego al llegar a casa me metiera en una mazmorra. Que no necesitaba nadie con pinta de skinorro y que si había que demostrar algo en público, él decidiría cuando y cómo. Le planteé que me gustaría progresar no sólo físicamente sino dejar de ser pusilánime y aceptar y asumir el dolo. Dijo que esa era uno de sus objetivos, convertir esto en una actitud frente a la vida y durante las sesiones. Me volvió a recalcar que quería estar informado de todo. Ambas cosas las dijo muy muy serio, como dejando constancia no sólo de que no estaba bromeando sino que eran cosas muy importantes para él. Me gustó mucho que dijo que el fin de semana se le pasó volando, que cuando se daba cuenta habían pasado las horas y que se le quedaron muchas cosas en el tintero por hacer, como a mi. Lo más curioso de la conversación fue la influencia que ejercía, cómo decía las cosas y yo las aceptaba y además sabía que las iba a cumplir. Su poder sobre mi es muy fuerte. Por ejemplo le pregunté sobre las relaciones vanilla y me dijo que también para ellas necesitaba su permiso, que tenía permiso para sali con amigos siempre que él no estuviera aquí pero que si quería que ocurriese algo necesitaría su permiso. Noté como la conversación era otra vuelta de tuerca, apretar un poco más el collar. Y ¡Dios, como me gusta que lo haga! Le pregunté también sobre lo de actuar como amo y me dijo lo mismo pero además que él quería estar presente. Aquello me produjo cierto nerviosismo por lo de estar presente. En cualquier caso le dije que no iba a intentar siguiera hacerme o ir de dominante con él, que sólo sería sumiso, aparte de porque no quería ganarme una paliza, y es perfectamente capaz de dármela como ha prometido, porque perdería cierto respeto a mis ojos y ahora que he encontrado a un amo como él no pienso dejar que ocurra nada que lo estropee al menos conscientemente. Realmente tiene todo lo que buscaba, lo bueno y lo malo. Me toco el cuello esperando sentir el collar. Es increíble. Lo curioso es que creo que nunca podré llamarle “Amo” ni él podrá llamarme “esclavo”. Para que eso pudiese ocurrir no debe haber nadie más. Tendría que estar solo y el grado de implicación debería ser mucho mayor y no lo es así que.... hasta el momento tendré que conformarme con esto, que no es poco, y esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Este fin de semana fantaseé con qué hubiese pasado si llegamos a conocernos antes, hace 4 años. Tal vez nada, a lo mejor él estaría liado o yo no querría tanto un Amo, o no habría evolucionado como ahora. El hecho es que nos encontramos cuando nos encontramos y hay que asumir eso así. No tiene sentido ahora preguntarse ¿Qué habría pasado? Casi estoy por no preguntar ¿qué pasará? Quiero dejar que las cosas sigan su curso, a ver qué pasa. Recordando ahora el dolor del fin de semana me parece poco, como si pudiera haber soportado más y mejor, como si hubiera podido llegar más lejos y no lo hice por miedo y por pusilánime, por cobarde, vaya. Tuve miedo y hoy habría ido con el cuerpo dolorido, pero con la cabeza bien alta y la seguridad de la autoafirmación. Disciplina, disciplina, disciplina. Un concepto que estaba olvidando por la comodidad. De ser un tirano de mí mismo he pasado a ser un licencioso de mi mismo ¿cómo soportaré una sesión donde haya dolor de verdad? ¿latigazos, cinturones, pinzas, cera? ¿seré lo suficiente hombre como para soportarlo? La experiencia me dice que debo estar muy en mi papel, muy centrado y orientado hacia mis objetivos para conseguirlo. De eso se trata, de tener muy claros los objetivos e ir hacia ellos con trabajo y determinación, sin dejar que el cansancio me abata. Hasta ahora mis objetivos eran muy inalcanzables porque no dependían de mi, pero debo cambiarlos y centrarme en mi, en aceptar lo que soy y hacia donde quiero ir, que no significa ir a donde quiere la gente que vaya. Y todo esto aderezado con confianza, mucha confianza de que puedo hacer lo que me proponga con esfuerzo, trabajo y disciplina. Esfuerzo, trabajo y disciplina, esfuerzo, trabajo y disciplina, esfuerzo, trabajo y disciplina. El bdsm tiene mucho de esto. Me gustaría poder soportar el dolor, no aceptarlo como placer, cada vez veo más claro que no soy masoquista, sino como una forma de madurar, de configurar mi carácter y hacerlo a esta dinámica del esfuerzo, trabajo y disciplina, esfuerzo, trabajo y disciplina. El dolor no me producirá placer pero sí que me ayudará a soportar más dolor y entonces podré seguir adelante y afrontar lo que venga con entereza y confianza. No se si Amotenerife me puede ayudar a esto, espero que si.
Otra de las cosas que me dijo es que podría hacer de amo, pero que seguro seguro yo era sumiso. Por mi forma de comportarme, por mis ideas, por mis pensamientos, por lo que decía, yo era sumiso. Otra cosa que me gustó fue cuando se refirió a mi mirada, volvió a decir que se me notaba todo en la mirada, que él la leía y veía muchas cosas. Utilizare ese vehículo de expresión y con él lo haré a menudo porque además de entenderlo creo que le gusta mucho como forma de comunicación. Recuerdo que me dijo una vez que buscaba a un perro con una forma de mirar específica. Y creo que vislumbró algo de ello este fin de semana.

No hay comentarios: