ayer decíamos que la humillación mata al ego y lo puede hacer de muchas formas: sin un contexto bdsm, como el de ayer, o en uno extremadamente bdsm como el de hoy. arrodillado, encadenado, encapuchado y ante un Amo lederón el ego se siente tan indefenso como ante cualquier otro Amo en cualquier otra circunstancia. es cierto que para un sumiso fetichista el cuero y las botas puede ser un plus, pero el efecto es el mismo, el resultado es el mismo, las consecuencias son las mismas. y el objeto, al que le gustan los detalles, se ha fijado en la correa que tiene el esclavo sujeto al collar. es una forma muy efectiva de dirigirlo, de conducirlo, de guiarlo. la postura, la posición de los brazos, todo parece indicar que si el Amo no estuviera donde está, él caería al suelo. depende de Él para mantenerse donde está. es la metáfora perfecta de la sumisión voluntaria, de la esclavitud suplicada, de la obediencia como base de la existencia del inferior.
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