miércoles, 4 de diciembre de 2024

minirelato

 el látigo golpeó en su espalda dejando una ola de dolor y calor. estaba sujeto a la cruz sin poder moverse. 

-DÍ algo- susurró el Amo. nada salió de su boca. 

un nuevo golpe le llevó al borde del límite.

-Habla, vamos- volvió a susurrara a su oído mientras él estaba a punto de echarse a llorar. 

-Solo una palabra- dijo tras otro latigazo. 

él abrió la boca pero no pronunció palabra alguna. otro latigazo y de nuevo el dolor, que ya no se iba. las lágrimas le seguían cayendo, en silencio. 

entonces el Amo se acercó. le acarició la cabeza con su mano enguantada. se acercó a su oído y le dijo.

-Bien, ya eres mio- y las lágrimas de alegría se mezclaron con las de dolor.

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