el mundo del bdsm es todo menos algo natural. es un mundo tecnológico, porque tanto el cuero, como el latex, como cualquier instrumento que usemos para una sesión, incluso la cuerda más simple, es algo elaborado por alguien, y por tanto cultural. si dividimos el mundo entre lo natural, como aquello dado independientemente de los humanos, y lo cultural, como aquello realizado por el hombre, en el bdsm lo segundo prima sobre lo primero, de hecho es lo prioritario. guantes, capuchas, chaps, botas, restricciones o incluso un dildo, son manifestaciones de la cultura puesta al servicio de la sumisión, de la obediencia, de la entrega. cuando los inferiores nos abrimos de piernas para que nos penetren pueden hacerlo con un pene o con un dildo. cualquiera de las dos cosas rompe lo natural en nosotros y nos hace desde entonces frutos de la cultura, en este caso manifestadas en la Voluntad y los Deseos de un Dominante. no hay nada de natural en lo que hacemos, pero es que no debe haberlo, porque somos creaciones de nuestros Amos. Ellos deciden por nosotros, y en su forma más radical, deciden lo que somos y seremos a partir de ese momento.
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